lunes, 4 de marzo de 2013

50 kilos de fierro... no es albur



IRON MENSO.

Bienvenidos a la Semana de Iron Man, donde nos unimos a la celebración por los 50 años de existencia del caralata cuya primerísima aparición se dio en el número 39 de Tales of Suspense en marzo de 1963, donde descubrimos que oculto bajo la armadura del Hombre de Hierro se encontraba el industrial Tony Stark y tiene varios padres, pues Stan Lee hizo el guion original, pero fue terminado por su hermano Larry Lieber, el diseño corrió a cargo del rey Jack Kirby, pero fue Don Heck quien acabó trazando el cómic .. en fin, que sólo falta que el de intendencia haya sugerido que Stark usara mostacho. Como haya sido, en esta primera historia conocimos al brillante Tony Stark, que ya tenía algunos toques del playboy que conocemos en la actualidad, pero por las características de la época era mucho más recatado; por dedicarse a la industria bélica terminó prisionero de los enemigos durante la guerra de Vietnam, aunque como ocurrió con muchos otros personajes, esto ha sido revisado varias veces para actualizarlo y la política actual de Marvel Comics es no entrar en detalles. Stark casi murió a causa de una mina y había restos de ella alojados en su cuerpo que amenazaban con terminar el trabajo, para su suerte no era el único rehén, también estaba el científico Ho Yinsen que creó e instaló un magneto miniatura cerca de su corazón y así evitaba que las esquirlas lo mataran. Juntos desarrollaron una armadura que les permitió combatir a sus captores y escapar, pero el pobre Yinsen no lo logró y sólo Tony regresó a su país, jurando hacer justicia y unido permanentemente a su tecnología, naciendo el superhéroe Iron Man... aquí es cuando todos ovacionan. Dato curioso: dentro de la continuidad Jimmy Rhodes fue quien encontró a Tony Stark tras haber escapado de sus captores, pero eso fue una actualización hecha muchos años después.

Iron Man fue un héroe popular desde el principio, no sólo por ser un tipo ordinario bajo la armadura -digo, tan ordinario como puede ser un supermillonario, galán y mujeriego-, también porque se volvió símbolo del imperialismo norteamericano, pues todos sus primeros enemigos eran comunistas y él siempre actualizaba su armadura y armamento para combartirlos y superarlos. Sin embargo, aunque su popularidad era estable dentro de los fanáticos al medio, nunca fue un héroe particularmente reconocible entre los ajenos a los cómics; unos pocos lo recordaban por la vieja caricatura de los Héroes Marvel en los setenta, pero hasta ahí. Es por eso que ahora el caralata vive su mayor momento de esplendor comercial, pues tras el estreno de la primer película de Iron Man se convirtió en la figura central de la nueva hornada de cintas de la empresa y uno de los héroes más reconocibles por el grueso de la gente. Dentro de los cómics, Iron Man ha participado y tenido relevancia en los múltiples eventos de la empresa, destacando Civil War donde fue uno de los dos protagonistas centrales, pero dentro de su cómic propio, hay tres grandes sagas que ya están inscritas en la historia del cómic y es justo de eso de lo que hablaremos en este post. Comencemos por la ya clásica Demon in a Bottle de 1980, escrita por otros clásicos, David Michelinie y Bob Layton, siendo este último también co-trazador y entintador junto a John Romita Jr. Siendo específicos, Demon in a Bottle es un sólo número, el 128 de Invincible Iron Man, pero venía arrastrando líneas argumentales desde 7 ejemplares atrás.

Trata sobre dos eventos centrales, primero un conflicto entre el caralata y la corporación Roxxon en una isla, con Namor como invitado (y antagonista) especial, tras lo cual regresamos al continente donde la armadura de Ironman comienza a fallar, terminando con el héroe asesinando a un embajador que, para rematar, era su fanático. Evidentemente, el caralata no es un asesino, así que el resto de la historia es sobre Tony tratando de probar su inocencia y de una vez les puedo decir que Justin Hammer es el responsable, porque eso se descubre muy pronto en la historia, lo interesante es la batalla final que involucra a una horda de supervillanos. La saga, aunque interesante, quizá no habría pasado de un arco común de no ser porque durante todo el transcurso de la misma, Tony empina el codo de lo más feliz, lo que lo llevaría, en el capítulo final, a aceptar que tiene un problema de alcoholismo y comenzar su camino de salida del mal del chupe. Hay que decir las cosas como son: Demon in a Bottle no es una historia particularmente introspectiva o inspiradora y es ése quizá su mayor acierto, al no pretender ser aleccionadora o un punto de arranque para el personaje terminó siéndolo. Fue la primera vez que un escritor se atrevió a explorar la adicción con el protagonista y no con un familiar, sidekick, novia o cualquier otro secundario, y es eso lo que le da un gran valor, además de agregar un elemento distintivo al personaje que a la fecha a sido revisado varias veces (quizá demasidas). Esta historia le mereció a Marvel y el equipo creativo un premio Eagle.

Vamos con la segunda gran saga de Iron Man, la reconocida Armor Wars de 1987, que de nuevo contó con Michelinie y Layton, y tuvo dos dibujantes, Mark Bright y el siempre interesante Barry Windsor-Smith. Al igual que Demon in a Bottle, la saga viene arrastrando elementos de arcos anteriores, pero como tal compone de 7 números, que son los que vienen en la mayoría de los recopilados y son de Ironman 225 al 231, aunque algunos también incluyen los números previos y un epílogo (el número 232). Dato curioso: en interiores nunca usan el nombre Armor Wars, cada capítulo tiene su nombre y sólo el primer ejemplar usa un juego de palabras titulado Stark Wars, fue hasta los primeros recopilados que emplearon el nombre que ahora usamos. Trata sobre Tony descubriendo que hay muchos villanos que parecen haber basado sus propias armaduras en tecnología Stark, lo que le hace preguntarse donde estuvo la fuga de información; las pistas los llevan a Spymaster, que a su vez trabajó para Justin Hammer (tenía que ser, tenía que ser), así que decide declarar la guerra contra él y todos aquellos que se estén aprovechando de sus avances. La historia es tan extrema como su título sugiere, aunque sí tiene sus momentos relajados en los primeros números, conforme avanza se pone ruda, hay batallas del caralata contra Bettle, Stingray, Titanium Man y el Dínamo Carmesí, pero también con el ejército, Nick Fury, Steve Rogers y los propios Vengadores por llevar su lucha a senderos peligrosos. Armor Wars fue bien recibida por los fanáticos y muchos la consideran una piedra angular del personaje, ahí Ironman alcanza su punto más alto como prototipo bélico aunque, irónicamente también significó su rompimiento con la milicia. La saga tuvo una segunda parte en los noventa, que no merece mayor análisis y su versión Ultimate de la mano del desbocado escritor Warren Ellis.

Y ya que mencioné a Ellis, es el autor de la tercera saga caralatosa del día, la multiaclamada Extremis, junto al dibujante Adi Granov. No les quieron hablar demasiado de ella porque está a punto de ser publicada en México, pero sí es importante mencionar algunos detalles, pues esta historia es considerada uno de los puntos más altos de toda la vida de Iron Man; hay quienes van más allá y la señalan como el mejor arco del caralata en toda su existencia. Era tal cual un nuevo punto de partida para Tony Stark y por tanto también se reinició la numeración del cómic, por lo que el arco se compone del número 1 al 6 de la serie de 2006. Ellis comienza por hacer una revisión del origen del héroe -por cierto, dice que ocurrió durante la Guerra del Golfo y no Vietnam- para luego llevarnos al presente y a la relación actual de Tony con su entorno; pero va más allá, planteándonos a un Tony más cerebral y menos técnico, dándole esa imagen que ahora relacionamos con él: un futurista. Lo más importante es la revelación del suero nanotecnológico que da nombre a la saga, el Extremis, que funciona a un nivel corporal pero también cerebral, creando una especie de supersoldado cibernético, el cual como podrán imaginar, terminará en la sangre de Tony Stark. No les cuento más, pero espero que baste para que le den una oportunidad a la saga en cuanto la tengan disponible, además hay que señalar que el diseño de la armadura hecho por Granov es el muy revolucionario y el más aplaudidos por los que saben de elementos técnicos, lo que hizo que traspasara facilmente del papel a la pantalla durante la película de Iron Man, donde el propio Granov fungió como consultor y productor. Esa armadura fue usada hasta los eventos de Secret Invasion, tras los cuales el caralata volvió a sus viejas creaciones y se purgó del Extremis -aunque no del todo-, aunque sigue siendo usada en la versión Ultimate. Brian Michael Bendis, declarado fanático de Warren Ellis, fue el único otro escritor que usó el concepto del Extremis en sus historias, al parecer para la mayoría de guionistas era difícil de asimilar. Bueno, gente, eso es todo por ahora, el próximo martes regresaremos a la programación habitual en esta sección, pero la Semana de Iron Man continuará mañana... espero. Adiós.

8 comentarios:

  1. cuando sale el omnibus de x-force?

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  2. Cómo que nada más tres series?

    No mames, hay muchas mas como...eh...este...Muerte en la familia?

    Pero ya en serio, yo diría que también la época actual de Fraction debería ser recordada entre las clásicas, los arcos de Most Wanted y el de Desunido estuvieron muy chingones.

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  3. Y por cierto, no recordaba la época antes de las películas cuando Iron Man no era exactamente muy conocido, pero achi ech, achi ech.

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  4. Tienes razón... ¡olvidé Muerte en la Familia!

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  5. excelente nota muy informativa , no sabia cosas

    un saludote don oscar ¡¡¡

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