Comics marranos

PELOS PELOS PELOS.

Saludos, gentusa ansiosa de ver marranadas. Continuamos con la Semana Sexual y hoy veremos algunos cómics que, pese a entrar en el llamado mainstream, están lejos de ser infantiles. En el año 2000, el dibujante Jim Balent y su esposa Holly Golightly juntaron sus ahorros para establecer su propia editorial llamada Broadsword Comics, la cual no tiene una gran producción, han sacado unos 3 títulos diferentes en sus 13 años pues su verdadera razón de existir es una sola historieta llamada Tarot: Witch of the Black Rose. Balent saltó al ojo público tras su largo paso por el cómic de Catwoman en los noventa y se hizo fama como dibujante de sabrosas -para mi gusto, a veces con proporciones muy forzadas-, así que todos esperaban algo visualmente impactante con Tarot y no los decepcionó. Como su título lo sugiere, trata sobre una bruja, que defiende nuestro mundo de todo tipo de criaturas místicas (casi siempre de género femenino), que usualmente se presentan con poca o nula ropa y, en las primeras páginas de cada número ponen a Tarot en igualdad de circunstancias, despojándola de su armadura... la cual tiene de armadura el puro nombre porque no tapa nada. No les voy a mentir: el guion en este cómic es sólo una excusa, no suele haber motivación tras los villanos, por lo general llegan matando gente, Tarot aparece, pelean, se encueran, se toquetean (literalmente) y al final el malo cae, dejando todo el peso al buen trazo de Balent y los colores, que suelen ser espectaculares. Ha tenido un par de arcos argumentales más elaborados aunque son la excepción y el autor también le pone su esfuerzo a las escenas gore, lo que no deja de ser un tanto perturbador. Todos los ejemplares de la serie tienen portadas múltiples, incluyendo algunas con modelos reales interpretando a los personajes del cómic y deben venderse bien, porque Tarot ya alcanzó el número 75, también hay recopilados, posters y demás parafernalia que no son baratas, dejo a consideración de cada quién la inversión. Una última nota: Balent y su mujer creen en la hechicería o por lo menos eso nos hacen pensar, así que el cómic incluye entrevistas y recetas de auténticas brujas escaldufas, si alguien se enoja por eso (como los que chillan porque Alan Moore se siente Merlín) pues mejor sáltense las últimas páginas. Hay una miniserie de la misma editorial y autor llamada 3 Little Kittens que es sobre superheroinas, pero ubicada en el mismo universo de Tarot, no la he leído, debe ser puercona también. 

Cambiemos de tema. Hace mucho tiempo les conté que el dibujante Frank Cho salió de las tiras cómicas, de hecho, cuenta la leyenda que él jamás tuvo interés o estudios de dibujo en su infancia sino que ya en la universidad descubrió que tenía facilidad para trazar sabrosas y comenzó a hacer algunas caricaturas locales. Sea cierto o no, lo que sí es un hecho es que consiguió que un Sindicato se interesara en una serie de su invención llamada Liberty Meadows. Para quienes no lo recuerden, los sindicatos de cartonistas se encargan de colocar las tiras en el mayor número posible de periódicos y revistas (a cambio de su comisión, claro), lo cual le permite al autor dedicarse únicamente a la labor artística, con el inconveniente de que tienen que sujetarse a sus códigos de ética, algo que sí afectaba directamente a Frank Cho. Verán, Liberty Meadows cuenta la vida de Brandy, una terapeuta animal que trabaja en un santuario natural llamado precisamente Liberty Meadows; ella es sensual pero ingenua (no tonta), en contraste con su compañera de cuarto, Jen, que es bien fogosa y abusa de los hombres, pero también es una genio que se dedica al diseño de cohetes... en serio; a este dúo se suma Frank, eterno enamorado de Brandy, y una buena cantidad de personajes y animales antropomorfos que incluyen al dibujante de la tira, en forma de chimpancé. La trama central es una comedia romántica en donde Frank no se atreve a decirle a Brandy que la ama y ella es incapaz de notarlo por sí misma, pero todo en un tono muy sensual y hasta sexual, pues son comunes los chistes subidos de tono. No hay desnudos íntegros o sexo explícito pero sí muchas sugerencias y eso hizo que el Sindicato censurara los cartones en múltiples ocasiones, sin importar que la crítica los aplaudía y el autor ganó un par de premios. Frank Cho se cansó y comenzó a publicar Liberty Meadows en formato comic-book y partir del 2001 bajo el auspicio de Image, aunque eran sólo reimpresiones de las tiras ya publicadas pero sin la molesta censura. El cómic fue un éxito de ventas hasta el número 36 cuando dejó de publicarse porque con ese ejemplar se completaban las tiras previamente editadas; el número 37, que salió hasta el 2006 (dos años después del ejemplar 36), ya incluía material nuevo... y no hubo más. Frank Cho, que por ese entonces ya recibía muchos encargos de Marvel Comics y Dynamite, no tiene empacho en reconocer que Liberty Meadows no le deja suficiente dinero, pero amenaza con que en algún momento la serie regresará, quizá en un formato diferente. Pueden conseguir los cómics de Image y algunos libros arte relacionado, pero les advierto que están un poco caros.

Para terminar el post de hoy, que ya los veo sudorosos y no quiero accidentes frente a la pantalla, en el año 2002 fue fundada la editorial Icarus Publishing por Simon Jones, que tenía originalmente la vocación de publicar cómics eróticos estilo manga tanto japoneses como regionales, es decir, elaborados por autores gringos. Así lo hicieron en la revista antológica AG, pero tristemente los trabajos nacionales no tuvieron buen recibimiento por parte de los lectores, así que después de algunos números los abandonaron y se dedicaron sólo a traducir y editar hentai japonés. Icarus intentó emparejarse al ritmo de las otras empresas y en 2007 publicó AG por internet, pero mediante descarga directa vía Torrent, algo que sonaba muy arriesgado pero parece que funcionó bien, al grado de que la versión en papel fue cancelada en el número 110 y se dijo que continuaría sólo en la red desde 2008... pero no. Por un año no hubo noticias de Icarus, ni impresas ni digitales, hasta que publicaron en su blog que habría actualizaciones pronto... y de nuevo nada. Según un par de foros y la Wikipedia, el dueño de la empresa tuvo una grave enfermedad que le dio al traste a todo porque él mismo se encargaba de lo administrativo. Pueden conseguir los números de AG en tiendas especializadas, pero dos advertencias: uno, son antologías tal cómo se publican en Japón, es decir, lo mismo pueden ser historias completas que una serie larga dividida un capítulo por ejemplar; dos, los temas son muy variados y pueden incomodar a algunos. En un mismo ejemplar pueden encontrar historias de dominación -como Slave Contract o After School Sex Slave Club- incesto real o sugerido -Ero Sister o A Wish of my Sister (ésta también incluye travestismo)-, mujeres exageradamente frondosas -Miku's Sexual Orgy Diary-, colegialas y pubertas (al menos lo parecen) -Innocence y Blue Eyes-, hermafroditas y muchas otras perversiones, así que cada quien sabrá si se avienta. Eso es todo por hoy, mañana sigue la Semana Sexual (se supone) y el lunes regresaremos a nuestra programación habitual. Adiós.