miércoles, 17 de septiembre de 2014

Por esos cabrones que no postean.


Saludos, gente. Como ya saben, las licencias artísticas son las libertades que se toman los dibujantes al representar la cotidianidad, cosas que no se ven como en el mundo real pero hemos llegado a aceptarlas como si así fuera. Antes vimos el asunto de los ojos blancos en las máscaras y los antifaces y, hablando de estos últimos, en los cómics son más efectivos que la capa de invisibilidad de Harry Potter; basta un antifaz para que nadie tenga idea de quién eres.

No es un recurso original de los cómics, en la literatura clásica existen muchos ejemplos de las mascaradas, donde una persona o grupos con antifaces eran incapaces de reconocerse entre sí e incluso aprovechaban la ocasión para usurpar la personalidad de alguien más; siendo el Zorro el ejemplo más cercano a las historietas, de hecho, es bien sabido que ese personaje fue una de las dos grandes inspiraciones para crear a Batman (junto con las alas voladoras de Leonardo Da Vinci). No es totalmente descabellado, una persona real puede engañar a distancia con un antifaz, pero en los cómics eso basta para que hasta los familiares de un personaje lo desconozcan a un metro de distancia, con todo y sus facciones, cabello y cuerpo a la vista. Y si los antifaces son motivo de burla que se puede decir de, posiblemente, la convención más conocida del mundo del cómic: los lentes de Clark Kent. Todos sabemos que cuando se los quita es Superman y al ponérselos de nuevo todos olvidan que es exactamente la misma cara. Es ridículo, pero es la licencia más antigua, ingeniosa, brillante y aceptada del planeta. Los que abogan por eliminar la identidad secreta de Superman olvidan que se perdería una de las imagénes icónicas más grandes de la historia del cómic y todos los medios, cuando Clark se quita las gafas y abre su camisa para revelar su identidad oculta. Aunque eso no le quita ni un ápice de ridiculez al concepto, digo, si al menos fuera una constante inviolable del medio tendría sentido, pero cuando Otto Octavius se quita sus lentes nadie dice “adónde fue el Doctor Pulpo”. En fin, otra cosa que no debemos reflexionar o cuestionar sino aceptar y hasta aplaudir. A ver si alguien se acuerda de algún otro ejemplo. Adiós.

11 comentarios:

  1. ¿Y ahora, 'on ta toda la parentela?

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  2. si tu con cambiar de cuenta ya te crees otro wey

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  3. no otro wey... una mujer ¡y qué mujer!

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  4. jefe yo pense que solo te vestias asi de noche pero ya postear con tu seudonimo que pinche descarado eres

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  5. Sodo Jr. dijo...
    jefe yo pense que solo te vestias asi de noche pero ya postear con tu seudonimo que pinche descarado eres


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    Ya estoy dudando de tu ingenio superior al de las anas

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  6. Anónimo Anónimo dijo...

    mujer con antena

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    No lo digas con tanto antojo

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  7. y esa seria miss s o diavolo?

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  8. Miss Diavolo sería redundante.

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