sábado, 28 de abril de 2018

Todos esperaban esta reseña para decidirse a verla.

Y llegó el momento...

¡Avengers: Infinity War!

Bueno, esta película comienza donde se quedó Thor: Ragnarok, después que la nave asgardiana se encontró con otra gigantesca frente a ellos. No voy a dar detalles para no arruinarles nada, pero les puedo decir que no les fue nada bien a los exiliados porque el vehículo que los interceptó pertenecía a Thanos, ese villano morado que acechaba desde las sombras desde la primera película de Avengers, y aquí descubrimos que sí es tan malo como nos venían insinuando. De nuevo sin dar detalles, Thor se quedará frente a Thanos, mientras Hulk -o Banner, mejor dicho- es enviado a la Tierra pata advertir de la amenaza que se aproxima pues, como recordarán, el objetivo de ese villano son las piedras del infinito y dos de ellas están en la Tierra (si no tienen eso claro no se preocupen, lo explicarán en los primeros 15 minutos). Lo que vendrá después son distintos frente de batalla para detener a Thanos y los suyos: Ironman, Strange y Spiderman llevando la pelea a casa de su enemigo, Thor y la mitad de los Guardianes de la Galaxia buscando el arma definitiva para defenderse y el ex-Capitán América y lo que queda de los Vengadores, peleando por la Tierra.

¡Ay cabrón!

Esta película es todo lo que el trailer nos vendió y más. Es una épica en todo el sentido de la expresión, sólo comparable con una cinta bélica y de las buenas, no de las que enfrentan la mitad del conflicto desde el escritorio. Es emocionante de principio a fin, los personajes interactúan de mil maneras, siendo mi favorita la relación del equipo de Ironman (su odio a Strange, el desprecio de este último, la admiración y emotividad de Spiderman) pero sin demeritar el romance entre Star Lord y Gamora, el valor de Thor o el mejor Banner que he visto en lo que va de la franquicia. Los únicos momentos en que se detiene la acción son para moverte a una de dos cosas: la risa o el llanto, porque no dejan títere con cabeza y hasta los favoritos de todos sufrirán.

Y por último, pero no menos importante, la principal preocupación de los que trabajamos en este congal siempre fue si valdría la pena haber esperado a Thanos tantos años y sí. Algunos se quejaran que no es como en el cómic, pero yo lo agradezco porque no esté realmente loco, pero no deja de ser malo. Es aterrador.

Si no la han visto, ni siquiera terminen de leer esta reseña, vayan ya.

5 papas.

martes, 17 de abril de 2018

NALGAS FRÍAS #1000

Tras ser enviado a otra dimensión por el villano Mr. S, nuestro (casi) amado demonio, Diávolo, deberá buscar el modo de regresar, pero no se imagina a quienes se encontrará en este nuevo mundo.

Llegamos a la celebración de nuestro número 1000 de Nalgas Frías. Tómenla, envidiosos.

#NalgasFrías1000

viernes, 13 de abril de 2018

Pueden acercarse, pero no mucho.


#ReseñasPoleñas


El Perro Guardián de las Estrellas: Continuación (Zuku Hoshi Mamoru Inu) de Takashi Murakami. 
Había un cachorro más en la caja donde encontraron a Happy (protagonista de la primera parte), que nadie se llevó porque era enfermizo. Es decir, nadie hasta que una anciana hosca, la señora Nagano, iba pasando, notó al perrito moribundo y por impulso decidió llevarlo a su casa, un departamento de bajo costo (con cocina y baño compartidos) y cuidar de él hasta su muerte... la muerte de ambos, pues la mujer lleva tiempo contemplando la idea de dejar este mundo y ve en el cachorro la oportunidad de irse acompañada.
El planteamiento de esta historia es aún más melancólico que el primer volumen, aunque les adelanto no será tan deprimente como su precuela y, de nuevo, consigue arrancar sonrisas entre tanta tristeza. Lo que si es diferente en este manga es que todos los personajes son entrañables, no como en el primero que podías acabar odiando la indiferencia de algunos. Los diálogos son inteligentes y una vez más el estilo caricauresco del autor le resta algo de solemnidad y hace digerible el tema.
Una última aclaración: les conté sólo el primer capítulo del tomo, hay más, pero no quiero decir mucho porque involucra personajes del primer libro que deben descubrir por ustedes mismos. Le voy a quitar papas a este manga, sólo porque no creo que funcione bien por sí solo, necesitan traer la referencia de la historia original.
3.5 papas.

sábado, 7 de abril de 2018

Déjenme solo.


#ReseñasPoleñas

El Perro Guardián de las Estrellas (Hoshi Mamoru Inu) de Takashi Murakami. Este no es un manga nuevo, es original de 2010 y en México fue publicado por Kamite en 2015, pero yo lo compré hace poco por recomendación de nuestro editor, Morcant.

Pero vamos a lo que nos compete: el análisis. La historia comienza con un grupo policiaco que encontró un auto viejo y maltratado, a mitad de un campo de girasoles (más tarde sabremos que es un área para acampar), en su interior estaba el cadáver de un hombre adulto, que calculan murió hace un año o más, y a sus pies otro cuerpo, el de un perro que, en contraste, debió morir hace unos tres meses. A partir de ahí veremos en retrospectiva y narrada por el propio canino -de nombre Happy-, la historia de su vida, desde que fue adoptado por una niña y en especial el lazo que desarrolló con el padre de esta, un hombre en apariencia desinteresado pero con muchas capas bajo esa máscara. Juntos, por razones que no les revelaré para no arruinar su lectura, emprenderán un viaje en auto que definirá su destino.
¿Saben? El mundo del cómic es muy rico, pero en su inmensidad, pocas veces tengo la suerte que me dé un producto que al terminarlo me deje la sensación que vivirá por siempre en mi memoria; este es uno de ellos. La edición de Kamite (muy bonita y cuidada), desde la portada promete que será emotiva y traerá lágrimas. Lo cumple.

Es una historia que habla sobre todo de la lealtad canina, pero también de los extremos humanos, por un lado su ingratitud y vida superflua (en particular al contrastarla con la visión simple de Happy), por otro su nobleza y virtud. El arte al principio puede parecer descuidado, pero conforme avanza la historia cobra sentido el afán de caricaturizar a los protagonistas para aligerar los momentos más duros de la trama.
Sé que muchos no me creerán o pensarán que exagero, pero al escribir esta reseña me invade una profunda melancolía, recordando lo que sentí leyendo esta hermosa obra. Y eso es bueno. Quizá soy más humano ahora... o menos, según se vea.

5 papas.

domingo, 1 de abril de 2018

Y se quejan del dolor de espalda...

ABRIL 2018.

Saludos, paisas. Hoy tenemos efemérides y este mes se cumplen 25 años de Knightfall, batievento que comenzó en abril de 1993, aunque algunos consideran su inicio el cómic Vengeance of Bane, que se publicó dos meses antes o incluso Sword of Azrael, que data de medio año atrás. Pero el inicio oficial fue en este mes, fue un evento serializado en Detective Comics y Batman (Shadow of the Bat fue tie-in), con colaboración de cada uno de sus guionistas, bajo la batuta de su editor en jefe Dennis O'Neil. Como ya hable de la saga a detalle en los Cuentos del Abuelo y, de todos modos, casi todos la conocen (aunque sea de oídas), sólo haré un resumen corto: un nuevo villano llegó a Cuidad Gótica, se llamaba Bane, un tipo cuyo físico e inteligencia eran aumentados por la droga Venom (que conocimos en el arco argumental del mismo nombre en Legends of the Dark Knight) y sabiendo que sólo lo lograría venciendo a Batman, liberó a casi todos sus enemigos para debilitarlo y, una vez que lo logró, peleó con él directamente, lo venció y le rompió la espalda; desde su silla de ruedas, Bruce nombró un sucesor del manto del murciélago, que no fue ninguno de sus socios habituales sino el recién llegado Azrael, que eventualmente vencería a Bane y se asentaría como el nuevo Batman de Gótica.

Casi todos ven Knightfall como la respuesta de Dennis O'Neil a la Muerte de Superman, él lo negó, dijo que lo había planeado desde mucho antes y citó la creación de Azrael como prueba de ello, aunque se contradijo alguna vez diciendo que nunca supo que ese personaje sería usado de ese modo (lo mismo dijo de la droga Venom). Como haya sido, Knightfall fue un éxito, así como su secuela KnightQuest, que nos mostraba el paso de Azrael como Batman y su posterior descenso a la locura, así como las aventuras de Bruce Wayne y Alfred, que eventualmente lo llevarían a recuperar su título. Un tercer arco llamado KnightsEnd cerró la trama y con el tiempo la trilogía completa ha sido llamada sólo Knightfall. Mucha gente hoy en día habla mal de este evento, lo colocan entre toda la basura de los noventa, pero es un error, porque estuvo bien construida y escrita, siendo su único pecado que fue el inicio de los eventos anuales en la batifamilia, que llegaron a ser asfixiantes, aunque no para DC, que se forró de dinero con cada nuevo crossover. También fue el punto de arranque para la carrera de Azrael y Bane, que hoy en día siguen siendo parte del mito de Batman. En fin, dejaré que cada quien haga su juicio.

Y ya que hablo del murciélago, no quiero dejar de mencionar que cumple 75 años de existencia Alfred, el eterno mayordomo de Bruce Wayne y que es, muy probablemente, el personaje secundario más importante que haya tenido un superhéroe, por encima de clásicos como Jimmy Olsen, JJ Jameson, la tía May o el propio Jim Gordon. Es junto con Robin, el Guasón y el batimóvil, lo primero que asocian con el personaje hasta los que no leen cómics. Muchas felicidades a Alfred y que nos traiga una copa para brindar por él... flojo. Adiós.