miércoles, 28 de julio de 2010

Las compañías exitosas tienen un pato entre sus personajes... y nosotros un pingüino

HOWARD THE DUCK

Un saludo a toda la gente bonita que visita este blog… y también a la gente fea que aquí no discriminamos. Ya que la semana pasada vimos a Man-Thing es buen momento para mencionar a la creación más ingeniosa que lo rodeó, pero comencemos por el principio (y ya puestos terminemos con el final): En 1973, en el número 19 de Adventures into Fear, cómic protagonizado por el ya mencionado monstruo del pantano, Man-Thing tiene que enfrentar al maligno hechicero Thog, que llevaba ya algunos números molestando. Para completar su misión, cuenta con la ayuda de los magos Dakhim y Jennifer Kale, además de dos seres de otra dimensión conjurados accidentalmente por el enemigo, siendo el primero Korrek el bárbaro, un guerrero de otra dimensión (dato curioso: aunque todos los mencionados eran un tanto paródicos, Jennifer Kale se tornó más seria, sigue vigente entre los seres místicos de Marvel e incluso tiene un parentesco familiar con Ghost Rider). El siguiente invitado a la fiesta, sin embargo, fue totalmente inesperado, también venido de otra dimensión donde los evolucionados no eran los primates sino otras especies animales, respondía al nombre de Howard.
Howard es un pato antropomorfo, cínico, amargado, adicto a los puros y sin ningún poder o habilidad sobresaliente, sin embargo, según Dakhim jugaba un papel predominante para que el grupo completara su misión… papel que no descubrimos en ese número, porque cuando apenas van subiendo por una escalera mística, resbala y cae al nexo entre realidades, donde desaparece con destino incierto. Poco después, en el número 2 de Giant-Size Man-Thing, descubrimos que Howard sigue en nuestra dimensión y que cayó en Cleveland, donde nuevamente se encuentra con enemigos que no busca ni le interesa combatir, pero igual tiene que hacerlo. En su primer roce con la policía ellos intentan quitarle el traje de pato y al descubrir que es su verdadero pellejo, prefieren liberarlo y fingir que no vieron nada, algo que marcaría la tónica de la serie… Porque tan sólo dos apariciones en el cómic de Man-Thing bastaron para que los lectores exigieran ver más de ese pato y en 1976 obtuvo serie propia de la mano de sus creadores, el escritor Steve Gerber y el dibujante Val Mayerik.

Este es buen momento para mencionar que el tal Gerber era un escritor muy bizarro, que había trabajado con gran parte de los héroes Marvel, pero siempre encontraba problemas para mantenerse en lo convencional y terminaba metiendo humor negro y situaciones absurdas. También le gustaba analizar la psicología de los personajes desde dos puntos de vista: el modo cómo los veían desde el exterior y cómo se veían a sí mismos, lo que a hacía que a veces los amaras y otras los odiaras (es decir, como somos todos en la realidad). Para que los lectores actuales se puedan dar una idea de la locura de este autor, algunos trabajos de Grant Morrison han llegado a ser comparados con lo que él hacía… así de raro era. Y toda su locura se desbocó con Howard desde su primer número donde, por ejemplo, enfrenta a Pro-Rata, el mago financiero que busca manipular la contabilidad espacial para obtener los dividendos cósmicos… ¡en serio! También en ese capítulo inaugural conoce a Beverly Switzler, que se convertiría en su eterna compañera de aventuras.

Aunque el Pato y su amiga vivían en el universo Marvel regular (y con frecuencia se encontraban con superhéroes) sus aventuras se basaban en situaciones cotidianas que con la sola inclusión de algo exótico se iban tornando absurdas. Quiero recordarles que Howard no tiene poderes, no es un héroe y aunque lo fuera no siente particular aprecio por nosotros los simios sin pelo, así que verse de repente enfrentando al Nabo del Espacio o el Muñeco de Jengibre gigante sólo producían quejas de su parte y ese era el encanto del personaje: ser un odioso insoportable. Gerber no era un autor que temiera a lo políticamente incorrecto; Howard era quejoso, fumador y llamaba nenas a las mujeres, mientras que Beverly no temía enseñar su cuerpo, trabajaba lo estrictamente necesario para vivir y, cuando los dos fueron empleados de un hotel y ella estuvo en el área de servicio al cliente, lo definió como agotador por ser la ocasión en que más veces le pellizcaron el culo.

Valga la expresión, que el pato era muy humano y, en el fondo, era el propio autor dando su punto de vista de la vida, algo que llevó al extremo en dos ocasiones. La primera cuando hizo que Howard compitiera como candidato independiente en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y dedico un par de páginas del cómic a las acciones y la conferencia de prensa del pato en las cuales, entre otras cosas, lo vimos llevando con un montacargas una tonelada de basura a las puertas de las empresas contaminantes y declarando que había que dejar que los niños vieran más violencia en la televisión como catarsis. La segunda ocasión en que Gerber dejó salir toda su ideología fue en el número 16 de la serie donde interrumpió la historia para narrar su mudanza (real) a las Vegas, sus motivaciones existenciales y lo que inspira la acción creativa de un escritor; todo esto narrado en viñetas a doble página hechas por los más talentosos dibujantes de la editorial.

Por cierto, que la historia que interrumpió en ese número fue la primera aparición del archienemigo de Howard, el Doctor Bong, una mezcla de Doctor Doom y la Isla del Doctor Moreau (también tiene una isla con animales evolucionados). Tiene una campana por cabeza y un badajo en lugar de una de sus manos y aunque su función es sarcástica, en términos de continuidad es bastante poderoso porque al hacer sonar su cráneo ha mostrado capacidades que van desde aturdir a sus enemigos hasta teletransportarse (y se supone podría destruir al mundo con ella).

Steve Gerber estaba loco, pero no era tonto y, sobre todo, era un autor orgulloso de sus escritos y de ser diferente a los demás (otra semejanza que heredó Morrison), esto lo menciono porque es indispensable para comprender lo que vino después. Howard fue ocasión de dos pleitos legales, el primero entablado por Disney, que encontraba demasiadas semejanzas entres el pato marvelero y su Donald… lo cual era ridículo pero procedió y ambas compañías para evitarse gastos y discusiones, acordaron algo fuera de la corte. Los resultados económicos fueron privados, pero en lo referente al personaje hubo un cambio drástico, ya que tuvo que usar pantalones a partir de entonces y con lo cómodo que es andar a pelo… digo, me han contado. El segundo pleito legal fue ni más ni menos que entre Marvel y el propio Steve Gerber y la cosa fue más o menos así: al tiempo que salía el cómic de Howard, la compañía decidió lanzar una tira cómica para los periódicos al estilo de la de Spiderman y aunque Gerber estuvo de acuerdo y la escribió de buena gana, pronto descubrió que al ser un mercado diferente no le iban a pagar hasta dentro de seis meses, se rebeló y pusieron en su lugar a Marv Wolfman; al mismo tiempo comenzó a retrasarse en sus guiones para el pato y demás series, lo que lo llevó al enfrentamiento directo con el editor en jefe Jim Shooter que lo removió de la historieta de Howard; ya bastante amargado, Gerber continuó de mala gana con pocas colaboraciones que sufrían de las mismas entregas postergadas. Sin su creador el cómic sólo duró 4 números más, aunque en defensa del equipo creativo encargado, hay que decir que se culpa de sus bajas ventas a la mala distribución, porque Howard seguía con un nutrido club de fanáticos.

Las historias del pato continuaron en forma de revista blanco y negro, escritas en su mayoría por Bill Mantlo y que no eran del agrado de Steve Gerber, sus discusiones con Shooter se agravaron y al final llegó el despido definitivo. Sin importar que lo creara bajo contrato, el buen Steve consideraba suyo a Howard y se fue a los tribunales exigiendo pago de derechos o la entrega del plumífero, en un juicio que duró más de 3 años y que fue capaz de sostener gracias a sus trabajos para DC y otras editoriales, pero sobre todo con la creación de Destroyer Duck, un cómic de humor que le ayudó a desarrollar Jack Kirby (que tampoco estaba muy feliz con Marvel como ya hemos visto) y que narraba con sarcasmo la lucha de un pato contra una malvada organización (es decir, su propio juicio). Todo terminó, al igual que en la batalla contra Disney, en un acuerdo extra-corte, del que sólo podemos imaginar los términos, pero debió involucrar una cantidad considerable de dinero, porque Howard se quedó con Marvel.

La historia entre Steve Gerber y su pato favorito no acabó ahí. Ya en los noventa, el escritor fue contratado por Image Comics y además de escribir guiones varios, tenía una serie regular (o semiregular) de Destroyer Duck, al mismo tiempo fue contactado por los editores de Marvel para hacer un guión de Spiderman Team-up donde haría equipo con Howard. Con su arrogancia habitual, Gerber puso la única condición de que Howard sería exclusivo de él nuevamente y nadie podría escribir algo sobre el pato sin su autorización…. Y tómala, justo un poco antes de cerrar el acuerdo que Howard aparece de invitado en otro título. Nuestro malhumorado autor planeó su venganza: en ese momento además del cómic de Spiderman estaba escribiendo Savage Dragon/Destroyer Duck, así que hizo que ambos títulos se cruzaran. En las dos series los protagonistas llegan a un sitio parecido; en el cómic de Spiderman, él y Howard ven desde las sombras dos siluetas parecidas a Howard y el Dragón y en el cómic de Image lo contrario. Luego, en la historia del Dragón, aparecen varios clones de un pato, que después sabríamos era el propio Howard y en ambos cómics hay una confusa batalla. Al final, en el cómic de Marvel, Spiderman y Howard escapan y parece que todo termina bien para ellos, pero en el otro lado, Dragón y Destroyer rescatan a uno de los patos que no es un clon sino… ¡El verdadero Howard! Según la versión de Gerber, el pato que se quedó en Marvel era uno de los clones y no tiene alma, mientras el verdadero ahora está teñido de verde y responde al nombre Leonard (hizo algo parecido con Beverly).Eso parecía poner punto y final al asunto, pero no. Con la llegada de Joe Quesada a la dirección editorial de Marvel, también llegó una nueva apertura para los escritores que se habían sentido relegados por la editorial. Bajo el sello MAX, Gerber fue invitado a escribir una nueva miniserie de Howard, que les advierto es muy buena pero no fácil de digerir; es nuevamente el punto de vista del autor sobre varios temas como la manipulación de masas por parte de los medios, el estado y la religión (incluso termina con una plática de Howard con Dios). Dos datos curiosos de esa miniserie son que Howard es convertido en ratón, en lo que muchos consideran una burla a la demanda de Disney, y que se cumple el sueño dorado de los viejos lectores al ver completamente desnuda a Beverly. Steve Gerber murió en 2008, justo el día de mi cumpleaños y, como fanático que ya era de su trabajo puedo decir que lo lamenté mucho. Dejó como legado, además de Howard, a Omega The Unknow, un extraño superhéroe que es considerado de culto entre los lectores marveleros.

El pato tuvo una miniserie más en 2007, escrita por Ty Templeton y aunque seguro su creador estaría inconforme con ella, yo les puedo decir que es buena y muy del estilo del Howard clásico, con mucha crítica a los medios de comunicación (el dibujante es malo, eso sí). Por cierto, ahí Howard ya no fuma por las reglas de Quesada al respecto. Su más reciente aparición fue en Marvel Zombies. Ah, también tuvo su adaptación a la pantalla grande, pero me niego a aceptar la existencia de esa película… aunque curiosamente es tan mala que es alabada por muchos fanáticos de lo kitsch.

Por último, al momento de su muerte, Gerber no gozaba de la mejor condición económica, así que la organización que apoya a historietistas necesitados, The Hero Initiative, subastó un dibujo de Howard hecho por Frank Cho para apoyar con los gastos (aunque claro, dibujado por Cho, es realmente Beverly la estrella de la ilustración). Por hoy es todo, de verdad les recomiendo la lectura de Howard, aunque reitero que no es para todos los gustos, pues no es realmente una sátira o una parodia. La próxima semana algo totalmente diferente y este viernes Nalgas Frías 13. Adiós

11 comentarios:

  1. HOWARD THE DUCK es un incomprendido, (como cierto pinguino que conosco) y sin embargo es uno de los personajes MARVEL que dio el paso a la pantalla de plata más pronto que sus contrapartes heroicas megaclavadas en su rollo existencial...

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  2. Buen post, saludos ruco
    estoy seguro de que te veniste en numerosas ocasiones escribiendo este post

    Howard (Vonice) es un pato antropomorfo, cínico, amargado, adicto a los p*tos y sin ningún poder o habilidad sobresaliente
    JOJOJO

    Pues si tiene su historia, casi no conocia la foirma en que se maneja a este personaje

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  3. Muy mal abuelo, ya había agarrado tus posts de somnífero y ahora no me dormí...

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  4. Me esforzaré para hacerlos más aburridos en cada ocasión, jo.

    Y ahora que Gus lo menciona, hay demasiadas semejanzas entre Vonice y Howard, quizá por eso lo odia, porque siente que deberían pagarle regalías

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  5. me dio risa ver a este pato en la secret invasion si decir nada nomas peleando a lo wey.

    buen post tratandose de un personaje no muy conocido.

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  6. Tengo entendido que los que pelearon en Central Park durante Secret Invasion son extraoficialmente conocidos como los Vengadores de Howard el Pato

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  7. Howard the Duck! aquel del que Disney se quejara por ser una copia del pato Donald. Y ahora, Disney ha tomado posesion de una de las mayores compañias de comics. Vaya cosa.

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  8. creo el pato es tu personaje favorito, muy por encima de spiderman

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  9. POCA MADRE, LO ULTIMO QUE VI DE EL PATO FUE EN CHOOSING SIDES, Y LA BIZARRA COMBINACION QUE HICIERON CON LOBO...EN AMALGAM

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  10. Por encima de Spiderman no... el tuvo una serie de tres post. La historia de Howard en Civil War se me hizo buena y de ahi se desprende la miniserie que menciono al final

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