Algo gracioso pasó cuando venía a escribir el post...

DE ANTI-MATERIA Y OTRAS ONDAS.

Saludos, gente. Hoy tendremos análisis de varias editoriales, así que comencemos cuanto antes. En el año 2000, DC publicó el especial JLA: Earth 2, que en su preview parecía mostrar el regreso del multiverso, pues estaban los personajes de aquel mundo paralelo donde todos los héroes que conocemos tenían identidades de villanos y combatían a un Lex Luthor bondadoso, el cual como saben había sido destruido junto con el resto de realidades durante Crisis en las Tierras Infinitas. Esto, como era de esperarse, levantó la molestia de varios lectores, pero también un interés instantáneo en comprarlo. Escrito por Grant Morrison y dibujado por el grumoso pero efectivo Frank Quitely, este cómic fue una sorpresa en todos los sentidos ya que, en efecto, era el regreso del Sindicato del Crimen, pero no del multiverso, pues de acuerdo con esto se trataba de un mundo de antimateria lo que justificaba (al menos en la torcida mente de Morrison) que todo ocurriera al revés. Básicamente, de lo que trata esta historia es de Luthor pidiendo ayuda a la Liga para liberar su Tierra de la esclavitud, ellos aceptaron y viajaron con él, sin saber que a fin de no perder el equilibrio, el Sindicato del Crimen fue transportado en intercambio a su mundo; la cosa iba más allá, pues había una mente maestra tras la petición de Luthor y, lo que es peor, el triunfo del mal parecía ser necesario para no perder el balance de la segunda Tierra. No les digo más porque es una publicación accesible y relativamente fácil de conseguir, es una lectura sorprendente para los lectores más jóvenes y para los ancestros incluye varios guiños a los días pre-crisis, como la aparición de Thomas Wayne Jr. Me parece que Editorial Vid no llegó a publicarla. Dato curioso: aunque Morrison escribió Tierra 2 mucho antes, su publicación tardó y cronológicamente es casi lo último que hizo con JLA, pues salió casi al mismo tiempo que su saga III Guerra Mundial en el cómic regular. Como quizá sepan, este cómic tuvo una especie de adaptación animada llamada Crisis on Two Earths, la cual apareció apenas hace dos años pero se supone debió salir mucho antes, como un especial de la serie animada Justice League, sin embargo la falta de presupuesto retrasó su salida y mejor eliminaron las escenas que hacían referencia a la caricatura. La trama no sigue la línea del cómic y tiene muchas marcadas diferencias, siendo las más obvias que aparecen más héroes -o sus contrapartes- y que Linterna Verde es Hal Jordan y no Kyle Rayner (ya saben como me hace sentir eso).

En el mismo año 2000, pero en Marvel, John Byrne seguía empeñado en recontarnos el universo Marvel a su manera y aprovechando que su serie X-Men: The Lost Years ahí al llevaba en ventas, se sacó de la manga una segunda llamada Marvel: The Lost Generation, contando con el apoyo de otro clásico del medio, Roger Stern; originalmente estaba planeada como una serie regular, pero los editores prefierieron no correr el riesgo y convertirla en maxi-serie de 12 números. El resultado no fue el esperado debido a una pésima decisión, pero déjenme explicarles de qué trataba y luego les digo qué pasó: el chiste de este cómic era contar los eventos ocurridos en el periodo de tiempo comprendido entre la desaparición del Capitán América (considerado el final de la época de oro dentro del universo Marvel) y la fundación de los Cuatro Fantásticos. Los protagonistas eran héroes nuevos, adolescentes que comenzaron a combatir el crimen al término de la Segunda Guerra Mundial y tuvieron su última misión a finales de los años ochenta -esto para ajustar la línea temporal, porque en realidad los Fantáticos y demás héroes Marvel surgieron en los sesenta, pero así podían matar dos pajaros de un tiro y decir que ocurrió recientemente-, ellos se unieron en un supergrupo llamado First Line. Evidentemente había muchas referencias al universo Marvel, como breves cameos de Namor, Nick Fury y demás personajes que se supone son más viejos que el resto; también dos de los miembros del grupo eran Eternos y hasta un viajero del tiempo que daba pistas sobre las conexiones entre estos héroes y los eventos por venir. Ahora sí les hablaré del gran problema que tuvo esta serie y fue que alguien (no sé si los autores o el editor) tuvo la gran idea de que se narrara en sentido inverso, es decir, el primer número en salir fue el 12 y contaba la última aventura de First Line, donde mueren peleando contra la primera invasión skrull y sus acciones son encubiertas por el gobierno -lo que se supone justifica el porqué nadie habla de ellos en la actualidad-, luego salió el 11, el 10 y así sucesivamente, hasta que un año después, en febrero de 2001, salió el número 1 con el origen del grupo. Esto no sólo fue confuso para el desarrollo de la historia y los lectores sino para los distribuidores que no sabían si ya se habían perdido el inicio de la serie, digo, hubo experimentos parecido como Hora Cero, pero esa era de 4 números no de 12; las ventas fueron malas y realmente la trama no aportaba nada, pero Byrne siempre ha tenido sus fanáticos incondicionales y la serie ya estaba programada de todos modos, así que la dejaron terminar y ahí debe seguir apilada en las tiendas. Léanla bajo su propio riesgo (te hablo a ti, Diego). 

También en el año 2000, el ahora celebre escritor Robert Kirkman hizo su irrupción en el mundo del cómic con la satírica serie Battle Pope. Como su nombre mismo lo delata, trata sobre un Papa guerrero, entrenado en su infancia por Bruce Lee, y que se dedica a todos los vicios imaginables, desatando la ira de Dios que deja caer el apocalipsis sobre la Tierra. Los humanos se resisten a caer y libran una guerra contra los demonios salidos del infierno, incluido el Papa, que un buen día recibe la oportunidad por parte de Dios para redimirse si es que rescata a San Miguel, que fue secuestrado por el Diablo. Eso sí, con el propio Jesús como su sidekick. La premisa de este cómic era buena pero arriesgada también, así que Kirkman tuvo que poner de su bolsillo y publicarlo por su cuenta, con dibujos de Tony Moore (en riguroso blanco y negro), mas tuvo su recompensa, pues la naturaleza misma de la trama llamó la atención de los lectores a lo largo de los 14 números que la componen. No lo he leído, así que no me arriesgo a recomendarlo, pero si les interesa fue adquirido por Image en 2005, empresa que desde entonces tiene muy buenas relaciones con Kirkman e incluso lo convirtió en socio recientemente; esa editorial coloreó el material original y lo republicó, tanto individualmente como en compilados. El creador amenazó con sacar más historias de Battle Pope, pero a la fecha no se ve nada claro y con toda su chamba actual debe ser complicado.

Volviendo con el trabajo independiente y para terminar por hoy, en el año 2001 se lanzó la novela gráfica Pedro and Me, de Judd Winick y publicada no por una editorial especializada sino por Henry Holt and Company. Para entender este trabajo es necesario hacer un poco de historia: para quienes no lo sepan, Judd Winick a principios de los noventa era un monero que nunca había logrado más que un par de tiras cómicas muy medianas, había hecho intentos en la animación y en cómic que no prosperaron y, en pocas palabras, su afición no le daba para vivir, por lo que en 1994 intentó entrar al reality show de MTV, Real Life, lo logró y la jugada le salió bien porque desde entonces no le ha faltado el trabajo, sobre todo en DC Comics. Pero bueno, el chiste es que dentro del programa Winick conoció y se volvió gran amigo del que se volvería el miembro más popular y controvertido de los participantes, Pedro Zamora, un migrante cubano homosexual infectado con VIH. Zamora usaba el programa como foro pues era un activista en pro de la comunidad gay y en la lucha contra el SIDA y pese al corto tiempo que compartió con Winick, influyó fuertemente en él. El cubano murió poco después del final de temporada del reality y uno de los compromisos que se hizo Winick consigo mismo fue difundir su historia a través de una novela gráfica, la mencionada Pedro and Me. La historia se enfoca principalmente en el tiempo que compartieron dentro del programa, pero también hace una revisión de la vida del cubano, su lucha social, su romances y los últimos días de su vida, así como una actualización del estado de su familia y amigos. Pese a la seriedad del tema, Winick aplicó su estilo caricaturesco dando como resultado algo muy en la corriente de Peanuts o Maus y consigue una novela muy personal y emotiva. Recibió múltiples premios y nominaciones, incluso estuvo entre los finalistas al premio Pullitzer, logró sólo alcanzado por la ya menciona Maus; se dice que el propio Art Spiegelman se puso en contacto con Winick para felicitarlo, lo que habla muy bien de ambos autores. No sé que tan fácil sea localizar Pedro and Me pero si tienen la oportunidad de adquirirla, háganlo, es una buena inversión. Eso es todo, la próxima semana más de Marvel, Image y DC. Adiós.