Dedicado a todas las familias del Polo

RELATIVAMENTE BUEN POST.

Joder, tíos, hoy habrá tres temas, todos ocurrridos en el año 2000. Comencemos con DC Comics y la miniserie Relative Heroes, idea original de la escritora Devin Grayson y que constá de 6 ejemplares; se supone que desde un principio así estuvo planeada, pero yo recuerdo que por ese entonces habían dicho que era serie regular, así que yo me imagino que no tuvo suficientes pedidos y por eso la recortaron. Quién sabe, pero el chiste es que fue miniserie y tenía una premisa, si no original, por lo menos atractiva, pues trataba de cinco hermanos pubertos con superpoderes -en realidad uno de ellos no tenía poder alguno, pero era quien tenía actitud de líder- que tras la muerte de sus padres en un accidente se dedicaron a recorrer el país, con la intención de llegar a Metrópolis y que Superman les dijera qué hacer. La cosa no era tan fácil, eran perseguidos por el Departamento de Operaciones Extranormales, la CIA de los superhéroes en el universo DC y con sus metahumanos propios, que en este caso se encargaban de rastrear a los morros. Esta serie era como una mezcla de cómic de superhéroes con sitcom familiar, ya que de entrada sólo dos eran realmente hermanos de sangre, otro era un vecino, otra la tutora legal y uno más adoptado (el negrito), también consideraban miembro del grupo a la planta/mascota de uno de ellos, la cual eventualmente resultó ser alienígena al igual que su dueño. El objetivo era explotar el lado fuerte de Devin Grayson, que es la caracterización de personajes y la interacción entre ellos, muy al estilo de Brian Bendis y sus largas pláticas existenciales entre protagonistas. Esto es justo aclararlo para que nadie espere una gran obra de acción, es un cómic muy relajado pero disfrutable. Los Relative Heroes volvieron a aparecer un par de ocasiones como héroes de relleno, nada relevante y lo más probable es que tras el reboot de DC ya no existan.

Vamos con Marvel Comics, que en septiembre del año 2000 publicó la miniserie de 4 números llamada Avengers Infinity, la cual muchos distribuidores anunciaban como parte de Avengers Forever y no era cierto, aunque una reminiscencia sí había. Fue una idea original del clásico escritor Roger Stern, acompañado del siempre llamativo artista Sean Chen, ambos reunidos para esta historia que pretendía recuperar las grandes sagas cósmicas de la empresa. Inicia con la destrucción de una colonia alienígena, que era protegida por el ex-vengador Jack of Hearts, por una causa desconocida, el vengador cósmico Quasar llegó muy tarde y encontró todo muerto con excepción de su colega. Para buscar al responsable de tan enorme cataclismo convocó a quienes puedan ayudarlo, que desde luego eran puros pesos completos de los Vengadores, como Thor, Moondragon, Photon (Monica Rambeau) y... Tigra... esa desentonaba, pero ya saben que los escritores aman meter un personaje débil para que dé la sorpresa y ayude en el momento más inesperado. Ahora, les dije que había una referencia a Avengers Forever y es que en esa miniserie apareció una mano gigantesca, tan grande como un puñado de estrellas; y aunque quedó sugerida la idea de que era un concepto abstracto, aquí descubrimos que sí existen esos seres gigantescos, se llaman Infinites y absorben la energía de los mundos pero no al estilo Galactus, que al menos sabe lo que está haciendo, sino que estos son tan inmensos que no tienen consciencia de lo que es la vida en los planetas, como nosotros veríamos un ser unicelular, sin posibilidad de pensamiento o concepto de sociedad. Obviamente, ni siquiera alguien como Thor es rival para una entidad así, por lo que tuvieron que recurrir a Eternity, la manifestación física del universo, para resolver el problema en un debate físico y filosófico que determinaría el destino de la galaxia... pero como se han escrito miles de cómics Marvel desde entonces, saben quién ganó. Honestamente nunca he leído comentarios ni a favor ni en contra de Avenges Infinity, así que asumo que pasó sin pena ni gloria, pero se le considera preludio del siguiente evento vengador, llamado Maximum Secutiry, del que hablaremos la próxima semana.

Mientras tanto, revisemos rápidamente The Tenth Muse, un cómic impreso por Image en su primera etapa, pero que siempre se mantuvo como propiedad de su creador, Darren G. Davis aunque, siendo sinceros, lo que llamó la atención de los fanáticos es que contrató los servicios de Marv Wolfman como guionista, de hecho muchos pensaron que era su idea original. Haciendo honor a su nombre, la serie nos decía que en el pasado existió una décima musa que no aparece en los relatos mitológicos y ahora, en el presente, una joven llamada Emma Sonnet, que desapareció durante muchos años, volvió transformada en la mentada décima musa, actuando como abogada durante el día y como justiciera en la noche con los clásicos poderes de superfuerza y demás. Era básicamente otra vuelta de tuerca al gastado concepto de la Mujer Maravilla, personaje con quien Wolfman tenía relación indirecta gracias a su trabajo con Donna Troy -antigua Wonder Girl- en los Jovenes Titanes; y es una prueba de cómo hasta un tema tan socorrido puede ser recreado con éxito si tienes un autor de talento, porque resultó ser una agradable sorpresa y se coló entre los cómics más vendidos de la segunda mitad del año 2000. Duró nueve números bimestrales, pero algo interesante es que casi desde el principio su creador estuvo tratando de hacer que los productores televisivos se interesaran en el concepto y hubo muchos rumores de que ya hasta había una pre-producción en marcha, lo cual jamás pasó. Aun así, había gente muy interesada en que siguiera el cómic y, ya sin Image, en 2005 se lanzó una segunda serie (independiente) a la que le fue bien y animó a Darren Davis a fundar su propia editorial en 2007, llamada BlueWater.

Ya bajo ese sello, apareció una versión alterna de Tenth Muse, con otra protagonista, que sólo duró 4 números. Imagino que los fanáticos extrañaban a la original y hace dos años se lanzó una tercera serie, que retomaba varios guiones de Marv Wolfman que no habían sido publicados, incluso llegaron a un acuerdo con Image para sacar un especial de crossovers que había quedado pendiente durante la primera serie. Dos datos curiosos: el diseño de Emma Sonnet estaba basado en la modelo Rena Mero, la cual posó caracterizada de Tenth Muse en portadas variantes; segundo, la editorial BlueWater recientemente es muy nombrada por tener varias líneas de cómics biográficos, destacando Fame, Political Power y Female Force, que han tenido en sus páginas a gente como Justin Bieber, Hillary Clinton, Charlie Sheen (ése le gustaría a Diego) la madre Teresa, el Tea Party, Katy Perry, Mark Zuckerberg y Lady Kaka... digo, Gaga... no todos fueron publicados con permiso del homenajeado. Por cierto, BlueWater también ha sido acusada de emplear negros -por si alguien no se acuerda, eso es cuando contratas escritores o artistas sin darles crédito por su trabajo-, lo cual no han negado sus abogados sino que replicaron con algo así como “los demandantes debieron leer bien el contrato antes de firmar”.

Eso es todo por hoy, la próxima semana más de Marvel y DC.  Pero antes de despedirme vamos con los resultados de la encuesta. La pregunta fue ¿Cuál es el mejor duelo de Nalgas Frías vs Huevonazos? Y los resultados:

Diavolo vs Boss	7 (11%)
Oscar vs Pats	11 (17%)
Sodo vs Parker	33 (52%)
Vonice vs Warrior	12 (19%)

Aunque la encuesta arrancó pareja, en un par de días el público habló y el duelo favorito se levantó con amplia ventaja. La semana pasada los resultados se borraron y aunque hubo quien nos acusó de tranzas, la verdad fue culpa de blogger y por suerte el propio sistema lo resolvió y reaparecieron los resultados, para que nadie dude de la sacrosanta honestidad de todos los poleños (...). Ya hay nueva encuesta y no se pierdan este viernes el verdadero final de Nalgas Frías vs Huevonazos, adiós.