lunes, 9 de mayo de 2016

Diavolo al borde un orgasmo mutante-necaxista-skato

GARRITAS.

Saludos, paisanos. Hoy tenemos un festejo rete harto bien importante: es la quincuagésima ocasión que usamos la etiqueta “Diavolo al borde de un orgasmo mutante” en este blog y eso se debe celebrar con... ¡un post de Wolverine! Eso valen para mí los orgamos de Diavolo. Primero veamos la miniserie  de tres partes Wolverine and the Black Cat: Claws, publicada en 2006 en el sello Marvel Knights, con guiones de Jimmy Palmiotti y su compinche habitual, Justin Gray, más dibujos de Joshep Linsner. Aquí los protagonistas (no creo necesario decirles quiénes son) fueron secuestrados por Kraven y llevados a la Tierra Salvaje para convertirlos en presas de un grupo de millonarios (aún más ricos que Diego) adictos a la cacería ilegal. Pese a ser casi desconocidos, la gata y el garritas deberán compaginarse rápido si es que quieren sobrevivir y aún están por descubrir quien es la verdadera mente maestra tras su captura. En lo personal, nunca he disfrutado la mancuerna de Palmiotti y Gray, pero es obvio que soy una excepción. por algo siguieron trabajando juntos. Este cómic recibió buenas críticas en su mayoría, con sólo unos pocos apuntando huecos argumentales, aunque la historia no es seria sino disparatada, así que tampoco debería incomodar a quienes buscan pasar un buen rato. Donde hubo aprobación unánime es en el arte de Linsner, así que no puede ser del todo un desperdicio y la prueba está en que hubo una secuela en 2011, con el mismo equipo creativo y otros tres capítulos justo en el punto donde terminaron los primeros. Quizá el problema para algunos potenciales lectores es que los  recopilados salieron en pastas duras, así que es producto de coleccionista. ustedes decidan.


También en 2006, Marvel lanzó otra serie regular del garritas, Wolverine Origins, con guiones de Daniel Way y, al principio, el dibujante Steve Dillon, equipo de triste memoria hoy en día tras su paso por Thunderbolts. Narraba distintos momentos en la vida de Logan, redescubiertos tras los eventos de House of M porque, si recuerdan, en esa saga el garritas recuperó su memoria. También se suponía que servía para cerrar varias subtramas que llevaban años girando alrededor del personaje, la mayoría culpa de la larga y enredosa etapa de Claremont en Uncanny X-Men; pero de eso hubo poco, en realidad el título es más recordado por haber presentado, en su ejemplar 10, al hijo de Wolverine, Daken. Este mutante, con habilidades similares a su padre, aunque con una formación distintiva en sus garras y cuya existencia era desconocida para la mayoría, incluyendo a Logan, era una versión potenciada del Wolverine de los primeros años, pues estaba más furioso con la vida que él y tenía más capacidad para la violencia, más un historial propio como agente del gobierno. También supimos cómo se relacionaba el pasado de ambos con Winter Soldier. Pese a que Daken odiaba a su padre y su papel fue de villano, se ganó su propia fanaticada y no sorprendió a nadie que eventualmente tomara el lugar de su padre e incluso le arrebató su cómic un tiempo. Quizá su mayor problema fue que al mismo tiempo que se desarrollaba Origins, Jeph Loeb hizo sus desastrosos cambios en la serie regular de Wolverine y el escritor tuvo que relacionarlo con el nuevo villano central, Romulus. En fin, Origins duró 50 ejemplares, coincidiendo el final con el mencionado ascenso de Daken a Wolverine titular. En México, creo que sólo se publicaron los números de crossover con la saga Original Sin, pero hay recopilados gabachos. Eso es todo por hoy, la próxima semana volverán los Rapidines y este miércoles, los 10 más Chipocludos.

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