lunes, 9 de julio de 2018

Requiem


El viernes pasado, 7 de julio de 2018, se hizo público el fallecimiento de Steve Ditko, aunque llevaba tiempo muerto cuando el cuerpo fue encontrado, estableciendo la fecha de defunción como 29 de junio.
Dudo que cualquier fanático a los cómics necesite explicación sobre quién era ese señor y, si así fuera, bastaría con informarle que fue co-creador de Spiderman para dimensionar su importancia en el noveno arte. Y si bien, lo deseara o no, fue su eterna carta de presentación, lo cierto es que fue mucho más, un profesional curtido en varios géneros, con un estilo más salvaje y oscuro que el promedio de artistas de la época, incluso cuenta la leyenda que fue eso lo que le ganó el puesto para dibujar Spiderman, pues a Stan Lee no le gustaban las  formas dinámicas, heroicas y refinadas que Jack Kirby quería darle, mientras Ditko dibujaba un Peter Parker feo, delgado y hasta deprimente.

 Ahora, si bien el aporte de este artista y coargumentista a Spiderman es innegable, es bien sabido que su verdadero personaje insignia fue Doctor Strange, en quien de verdad dejó salir toda su imaginería, desde cosas tan discretas como su apariencia de ocultista televisivo hasta cosas tan bizarras como ese Eternity que representaba al universo entero. Y es que Ditko era un tipo extraño, un ermitaño que ni siquiera disfrutaba hablar mucho de sus creaciones, que iban desde esa suerte de bienhechor anarquista que fue Question, hasta la parodia suprema llamada Squirrel Girl, aunque mucha gente ni los reconoce como hijos suyos hasta que lo descubren por casualidad. Porque Spiderman es tan inmenso que eclipsa todo lo demás y, saben qué, tampoco creo que ser recordado como cocreador del superhéroe más popular del mundo sea un gran tormento.

Ditko ha muerto, viva Ditko.

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