miércoles, 8 de febrero de 2017

Casi tan bueno como Nalgas frías Ano Uno


Saludos, paisanos. Este 2017 cumple 30 años Batman: Year One, arco de 4 capítulos publicado dentro de la serie regular del murciélago (del numero 404 al 407), marcando el nuevo origen oficial del personaje tras Crisis en las Tierras Infinitas, con guion del histórico Frank Miller y arte de David Mazzucchelli, que estaba en su mejor momento. En su introducción a una edición recopilatoria de esta saga, Miller retaba a la gente que conocía al encapotado por la vieja serie de Adam West a leer y sorprenderse, por no decir aterrorizarse, porque narraba que este era el Batman que él conoció en un cómic a los ocho años, en una historia de arte oscuro, con una Ciudad Gótica siniestra y un héroe sombrío. Yo fui uno de esos a quienes Miller hablaba, porque conocí a Batman por repeticiones de la serie de televisión a principios de los ochenta (y los Superamigos) y en los cómics cuando tuve ocho o nueve años, a finales de esa misma década, cuando Editorial Vid trajo DC de vuelta a México y publicó Year One con el título Primer Año, a partir del número 9 de su serie. Mis contemporáneos recordarán que Vid hacía una edición muy rara, pues adaptaban el material original al formato que usaban para sus cómics mexicanos, tamaño media carta y 32 páginas, y para que el original cubriera la cuota, tomaban alguna viñeta y la crecían a hoja completa, que evidentemente se veían extrañas; también la traducción se tomaba muchas libertades.

Dato curioso: corre el mito de que Vid castellanizaba los nombres de todos los personajes, pero es una verdad a medias, usaron los nombres que popularizó la televisión para algunos villanos, como Gatúbela, pero respetaron los nombres civiles y no vimos cosas como Bruno o Ricardo sino Bruce y Dick aunque, dicho sea de paso, el Robin de esa época era Jason. También me parece recordar, aunque no puedo asegurarlo pues no conservo ese ejemplar, que en el cuarto capítulo censuraron la viñeta de Skeevers dándose su pasón de coca, así como todos los diálogos que hacían referencia a ello. Años después, Vid corregiría la plana con un compilado de la saga completa, con tamaño y traducción correctas y titulado Año Uno. Dato curioso: a principios de este siglo, cuando Vid había apostado todo por Marvel, volvieron a publicar Batman y Superman en su edición media carta, comenzando con Primer Año. Volviendo a los ochenta, los primeros números que publicó Vid en Batman fueron buenos, pero cuando sacaron Year One me volaron los sesos; amé esa saga por su trama profunda y el arte sinestro, sobre todo me encantaba ese modo de narrar la historia desde el punto de vista individual de sus dos protagonistas, Wayne y Gordon, dando la misma importancia a ambos. En mí, Miller cumplió su promesa de sorprenderme, con un héroe que no era el que conocía ni imaginaba y, para bien o mal, marcó el modo como entiendo a Batman; es responsable en gran medida de que me guste el murciélago triste, solitario, humano y algo místico, como el de Legends of the Dark Knight y abomine al Batman tecnológico, infalible y amigable (como el de Morrison). Pero esa es otra historia o cómo la ven.

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