Los Cuentos del Abuelo

Tiras cómicas.


Como se mencionó en un post previo, el cómic como lo conocemos vio su origen en las comic strips o tiras cómicas. Ahora veamos como se dio la evolución individual que finalmente los llevo a convertirse en autónomos uno de otro.
Como ya sabemos, el Yellow Kid vino a ser parte aguas dentro de los medios gráficos, y desde entonces se le asigna un lugar preponderante a los monitos dentro de los diarios. A fin de dar uniformidad se creo a principios del siglo XX el formato de tira para su publicación que se popularizó a partir de la segunda guerra mundial, aunque no es obligatorio, también los hay de media página o hasta de página completa (¿recuerdan el Príncipe Valiente?). En los periódicos gringos las tiras diarias son generalmente en blanco y negro, mientras que los suplementos cómicos de los domingos son a color.


Las tiras cómicas se manejas de modo muy diferente a los comics en un sentido administrativo. Mientras que el fin de la historieta es se un producto redituable por si mismo, la tira cómica es un aliciente más para impulsar las ventas de un diario. A fin de conseguir una estabilidad para su mercado, el modo común de vender una tira cómica es mediante sindicalización.
Funciona más o menos así: un caricaturista o aspirante a serlo (o sea, un muerto de hambre cualquiera, con un lápiz a la mano) manda una muestra de su idea a un Sindicato de Caricaturistas. Si a estos les interesa le extienden un contrato mediante el cual obtienen el derecho de explotación de esa idea. A partir de este punto, el dibujante es libre de dedicarse únicamente a su función de garabatear y dejar que la empresa se dedique a colocar su tira en el mayor número posible de diarios, mientras él recibe un sueldo base más comisiones (ja, como anuncio de vendedor).
Esto no significa que un caricaturista no pueda colocarse por su cuenta o que los diarios no sean libres de contratar independientes, pero es el modo más seguro y productivo que tienen los moneros para volver redituable su trabajo.
En general, el contenido de las tiras cómicas es juzgado de ser bastante ñoño, pero esto obedece a que han de aparecer en un medio masivo y por tanto debe poseer mayores restricciones que un cómic de público cerrado. Y aún así hay tiras cómicas bastantes entretenidas y de humor más negro que muchas historietas.
No creo que haga falta decirlo, pero de todos modos lo haré: la situación del monero mexicano es bastante pobre y limitada comparada con la de uno gringo. Lo cual tiene sus ventajas pues estos últimos son mucho más abiertos en sus temáticas, pero claro, tienen que chingarle el doble por la mitad de paga. En el próximo post, abordaré a algunos personajes de tiras cómicas, mientras tanto, uno de los caricaturistas que ha saltado al cómic es Frank Cho, si quieren checar algunas de las tiras cómicas que ha publicado (incluyendo algunas de las que le censuraron por cochinas), pueden hacerlo en su página:
http://www.libertymeadows.com/

Por último, aprovecho el tema para responder a algunas dudas que surgieron sobre mi propia tira. Somos dos en Sociedad Anacrónica, ambos diseñadores y en el caso del Gato T yo me encargo de toda la labor gráfica y de casi todos los guiones (lo cual no me molesta pues yo soy quien se queda con el varo), en caso de que el otro involucrado tenga que ver con alguna de las tiras que les comparta le daré el crédito correspondiente. Originalmente era una tira que se distribuía gratuitamente por Internet a quien la deseara, hasta que el otro anacrónico le consiguió hogar en la revista política Alpunto, que lleva como año y medio publicándola. Si está en sus posibilidades adquirirla y señalarle por correo al editor que lo hacen sólo por leer al felino, pues le aseguraran un plato de frijoles al dibujante y un tazón de whyskas al protagonista.

Abur