Diavolo ganó en nuestras Belleza México

POR FIN SE ACABA ESTO

Saludos, gente. Por fin llegamos al final de los post dedidcados al año de 1993 en el mundo del cómics, pero aun hay mucho que decir para concluir así que ya le estamos dimos dando. Como les comentaba hace poco, los pleitos en Image Comics se volvieron notorios desde que abandonaron el patrocinio de Malibu Comics. No es que todos se odiaran, pero no se tenían particular aprecio y, en el caso de Marc Silvestri y Rob Liefeld, los roces empezaban a ser preocupantes. Esto, sumado a que se había acabado el impacto inicial de sus títulos y ya se vendían menos (con excepción de Spawn y todo lo que dibujaba Jim Lee) hizo que se organizará una reunión de emergencia donde llegaron a una solución: dividirse en Estudios.

La cosa era que, a partir de entonces, cada uno de los fundadores de Image tendría su propio subsello y cada uno sería responsable únicamente de lo que produjera su gente (y asumirían las pérdidas de sus respectivas publicaciones). Se crearon seis estudios:

-Wildstorm Productions, propiedad de Jim Lee

-Extreme Studios, de Rob Liefeld

-Shadowink Entertainment, bajo la batuta de Jim Valentino

-Todd McFarlane Productions... ya saben de quién

-Marc Silvestri creó Top Cow

-Y Highbrow Entertaiment para Erik Larsen.

El único que no tuvo estudio propio fue Whilce Portacio, que prefirió unirse a su compadre Jim Lee en Wildstorm... o a lo mejor no quería arriesgar su dinerito, vayan ustedes a saber. Aunque cada fundador era responsable por los contenidos de lo que su respectivo estudio publicara, se nombró un editor en jefe, Larry Mader, que no tenía voto en las tramas sino que, basicamente, era un jefe de producción que se encargaba de que cada uno entregara en la fecha acordada para evitar retrasos o acumulamientos en las imprentas.

Casi todos los fundadores se vieron beneficiados por este movimientos, porque comenzaron a contratar escritores y dibujantes que trabajaran en los títulos, mientras ellos se dedicaban casi en exclusiva a la administración y supervisión, por ejemplo, McFarlane ya pasaba la mayor parte de su tiempo diseñando juguetes y Jim Lee ya sólo se aparecía a decirle a sus escritores cosas como “deberíamos hacer un cómic protagonizado por adolescentes súper poderosos... ustedes encárguense de los detalles”. Sólo hubo dos fundadores que se las vieron negras, el primero fue Larsen, porque casi todos sus cómics fracasaron y como ahora él era responsable de sus propias pérdidas, su estudio se mantenía a flote unicamente por Savage Dragon. El otro perjudicado, aunque por causas externas, fue Jim Valentino, porque uno o dos años después sufrió una grave enfermedad que lo alejó de los cómics y ya se imaginaran que casi todas sus ganancias iniciales se fueron en gastos médicos; estuvo tanto tiempo ausente (hasta 1999) que muchos ya ni recordaban que había sido un fundador de Image. Dato curioso: nunca he sabido cual era la enfermedad de Valentino, ni siquiera la mencionan en wikipedia, pero según las revistas especializadas estuvo al borde de la muerte y desde entonces se volvió un gran impulsor y portavoz de la Hero Iniciative, el organismo dedicado a apoyar con sus gastos médicos a los autores de cómics que no tienen dinero suficiente.

Si bien nunca he sido defensor de Image, debo decir que la división en estudios dio pie a que llegaran muchos autores a la editorial, desde grandes de la industria como Marv Wolfman, Chuck Dixon, Keith Giffen, Alan Moore y Walter Simonson, hasta varias futuras súper estrellas como Scott Campbell, David Finch, Joe Madureira, Michael Turner, Brian Bendis, Mike Deodato Jr y Kurt Buziek. Además de que, como les decía en el post anterior, varios autores de Eclipse Comics llevaron sus personajes a Image. Eso daba por terminados los problemas internos de la compañía... claro que no, la bronca más grande estaba por estallar, pero eso lo veremos después.

Por ahora vayamos con Marvel y continuemos con las grandes sagas de 1993, comenzemos con la dedicada a Iron Man, llamada Crash and Burn que se desarrolló entre los números 301 y 306 del cómic del caralata. Todo comienza con una falsa acusación contra Tony Stark, señalado como promotor del crimen organizado... con todas las veces que han acusado a Tony de un crimen ya deberían encerrarlo tan sólo por acumulación de demandas. En realidad, una exempleada de Stark había comprado una compañía dedicada a actividades criminales usando fondos de la compañía y lo hizo público para vengarse de su otrora patrón, pero ya saben que en los cómics primero golpean y luego preguntan, así que varios héroes llegan con la intención de detener a Tony y eso los llevó a pelear con Ironman.

Crash and Burn es un arco muy convencional, en realidad acaba donde empezó, con el buen nombre de Stark restaurado, pero como les decía hace poco, el chiste de las sagas del 93 era tener muchos héroes invitados y esta no fue la excepción, porque Ironman pelea con un héroes diferente en cada número, desde Deathlok hasta Hulk, pasando por Venom, los Nuevos Guerreros y Thunderstrike. Aun así, esta saga es recordada con cariño por los fanáticos por ser la primera aparición de la armadura Hulkbuster, creada especiálmente por Stark para enfrentar al gigante esmeralda; durante mucho tiempo los fanáticos pidieron volver a verla, pero jamás la usó de nuevo. Creo que una vez un villano que se la puso y peleó contra Tony y luego se supone que en World War Hulk reaparece, pero era otra versión que no se parece en nada a la original.

Vayamos con Daredevil, que en 1993 vio publicada una de sus sagas más controversiales, que servía para conmemorar el aniversario 30 de su creación: Fall from Grace. Resulta que durante los sesenta se perdió, en los túneles del metro de Nueva York, un recipiente que contenía un virus llamado About Face que tenía la capacidad de alterar físicamente (y de modo retorcido) a quien lo recibiera; lo interesante es que el virus ése había sido creado por el propio gobierno gringo y el agente que lo perdió (un tipo con poderes telepáticos), ya en el presente, reveló psíquicamente a algunas personas el secreto de la existencia de la sustancia. Ya se imaginaran que Daredevil estuvo entre los involucrados, así como muchos malosos y el cornudo se tuvo que enfrentar a varios héroes y villanos invitados.

Al mismo tiempo, una periodista descubrió que Matt Murdock era Daredevil y estaba dispuesta a hacerlo público (eso ya no es novedad hoy en día, pero en ese entonces era un bombazo). Tras una breve pelea de Daredevil con Silver Sable, que se retiró de la batalla al saber que el tipo que la contrató para conseguir el About Face no era ningún santo, apareció un villano al que creíamos muerto desde hace un par de años: Hellspawn. ¿Recuerdan cuando les hablé de Infinity War? Por si no, les comentó que durante ese evento fueron creados varios duplicados malignos de los héroes de la Tierra, que desaparecieron al final, con excepción del de Spiderman y el de Daredevil, llamado Hellspawn, que ha diferencia del cuernitos, éste sí era un auténtico demonio. Como si la cosa no fuera ya suficientemente enredada, aparece el clan ninja Snakeroot (que también quiere el virus) y que roba los recuerdos que un agente secreto llamado John Garret tiene sobre Elektra, la fallecida ninja asesina, y con ellos crean a Erynys, una guerrera igual de mortal pero sin los límites morales de la original.

Daredevil y un agente del gobierno llamado Siege combaten al mismo tiempo contra el metiche de Venom, que también quiere el virus para aumentar sus poderes, pero consiguen hacer que abandone la idea, sólo para descubrir que también el vampiro Morbius lo quiere; mientras se las arregla para convencer al chupasangre de ayudarlo, la reportera que les mencioné al principio hace pública la verdadera identidad del cornudo. Con todo en contra, Daredevil está por tirar la toalla cuando aparece para ayudarlo... ¡Elektra! La original que fue revivida por un culto de ninjas blancos, pero libre de toda maldad y deseo de venganza.

Con Elektra de su lado, Daredevil comienza la batalla final por el virus y ocurren tres cosas dignas de ser revisadas. Uno, Erynys muere, pero con ello su identidad se integra a la de Elektra y vuelve a sentir toda la rabia y culpa de los asesinatos que cometió; dos, Hellspawn se apodera del virus y con él se transforma en un ser humano normal (idéntico a Matt Murdock), pero también es atacado y ya sin sus poderes muere; y tres, con el asunto arreglado pero su vida de civil destruida, Matt Murdock toma una decisión extraordinaria: usa el cadaver de Hellspawn para fingir su propia muerte, visita a su madre (la monja) para ayudarle a escoger un nuevo nombre y comienza una nueva vida como el vendedor de revistas Jack Battlin (un homenaje a su padre).

Fall from Grace fue una saga muy criticada por dos factores: el primero y más evidente fue la muerte de Matt Murdock y la segunda fue un nuevo vestuario, una armadura que sustituyó al clásico traje rojo (la pueden ver en la segunda portada). Sobre esto último, un fanático comentó en la sección de cartas del cómic que no duraría y que pronto tendrían que regresar todo como era, a lo que el editor se defendió diciendo que el traje original (el negro con amarillo) jamás había vuelto... claro que el tiempo le dio la razón al lector, aunque no fue rápido, en realidad Jack Battlin y la armadura duraron un par de años, tras lo cual Matt Murdock (con ayuda de sus amigos del gobierno creo), apareció diciendo que nunca estuvo muerto y que jamás fue Daredevil... y todos se lo creyeron.

También hubo mucha discusión sobre el regreso de Elektra, muchos lo consideraron un acierto mientras otros aseguran que fue una falta de respeto a lo hecho por Frank Miller. Cada quien tendrá su propia opinión.

Para terminar con Marvel revisemos la saga Blood and Thunder, una saga cósmica de 1993. Llevaba apenas unos meses desde que el verdadero Thor había regresado (recuerden que Eric Masterson tomó su lugar un buen rato) y lo volvieron la figura central de este evento; en él, el hijo de Odín sufre una crisis nerviosa por la presión de todas la veces que su padre jugó con su mente. Cuando los héroes cósmicos intentan ayudarlo, él enloquece completamente y comienza a combatirlos, comenzando por sus propios amigos, Beta-Ray Bill y Sif.

Incluso el Deslizador de Plata y Warlock son incapaces de detenerlo y para acabarla de chingar, Thor le arrebata su gema del poder a Drax. Infinity Watch (el grupo de seres cósmicos de Warlock), el Deslizador y el Doctor Strange piden la ayuda del mismísimo Odín, mientras Thor se enfrenta al poderoso Thanos. Al final, Warlock, Thanos y el Deslizador tienen que combinar sus poderes para doblegar a Thor, al mismo tiempo que Odín entra en su mente para tratar de restaurarla. Consiguen su objetivo y, como ocurre en los cómics, perdonan toda la destucción cometida y el méndigo ricitos se va muy campante. Blood and Thunder se desarrolló en los títulos de Thor, Warlock Chronicles, Silver Surfer y Warlock & The Infinity Watch y sí funcionó para impulsar las ventas de cada cómic, aunque siendo justos no es nada relevante como suele ocurrir con las sagas cósmicas, que al final siempre revierten todo a como era al principio.

Para terminar con 1993 vamos con los independientes, porque en ese año fue publicado el primer número de Strangers in Paradise, obra de Terry Moore. Este cómic narra las aventuras de dos amigas: una de ellas, Francine, es una mujer con baja autoestima y obsesionada con encontrar a su hombre perfecto, mientras que la otra, Katchoo (se llama Katina pero nunca le dicen así), es lesbiana y vive eternamente enamorada de la primera y trata de protegerla de todos los desengaños aunque con ello sacrifique su propia relación con ella; para completar el extraño triángulo amoroso, aparece un sujeto llamado David, enamorado de Katchoo y que le crea sentimientos encontrados a la lesbi. Es basicamente una historia de amor que raya en el realismo fantástico, porque la mayoría de los hechos son creíbles, pero también ocurren otros muy extraños, destacando un subargumento en el que una asociación secreta de mujeres intenta ocupar de cargos de poder en todo Estados Unidos.

Strangers in Paradise comenzó publicándose en Antartic Press, saltó a Abstract Studios (que en realidad es el propio Moore publicánsose a sí mismo) y luego se fue con Image, pero algo del trato no le agradó al creador y abandonó la editorial antes de cumplir un año, para finalmente terminar de publicarla por su cuenta hasta el número 90, que es considerado uno de los finales más conmovedores en la historia del cómic. Moore ganó varios reconocimientos por esta serie, incluido un premio Eisner y Strangers in Paradise es considerado por la crítica gringa como un “Must Read”... a título personal lo puse en mi categoría “Se puede leer”. La verdad yo sólo leí el primer recopilado y no sentí ese enamoramiento instantáneo que sus fanáticos aseguran que causa. No se guíen por lo que digo, ni que tuviera el ingenuo egocentrismo del Casto para pensar que porque a mí no me gusta un cómic es automáticamente terrible, simplemente a mí no me atrajo pero cada quien debe formar su propia opinión, sobre todo tratándose de una historia tan premiada y aclamada por críticos y lectores de todo el mundo. Eso sí, dicen que es una historia perfecta si quieren que sus novias se interesen por los cómics.

Por hoy es todo y también fue el final de nuestro recorrido por 1993, para el próximo post comenzamos con el 94 y les adviertó de una vez que estuvo igual de cargado de eventos. Por lo pronto arrancaremos con Knightsend, una boda mutante, algo de Dark Horse y la muerte de un universo... ¡salsaverga! Me despido con su gustada sección Clásicos del Polo Ochenteros y Noventeros. Adiós