Me kaga el Tuca

1996(2)

Saludos, gente. Hoy continuamos con nuestro repaso por el año 1996 en el mundo del cómic. Demos una vuelta por DC Comics donde siempre somos recibidos con los brazos abiertos... sólo guarden silencio mientras entramos por el ducto del aire. Ahora sí, resulta que en el año de 1996 esta empresa decidió reestructurar a sus dos equipos más importantes, La Liga de la Justicia y los Jóvenes Titanes, ambos sumidos en las bajas ventas.

Todo comenzó con la miniserie Midsummer's Nightmare, escrita por Mark Waid, en donde aparentemente el mundo fue transformado y ahora no había héroes sino que todos tenían vidas normales; como suele ocurrir en estos casos, Clark Kent y Bruce Wayne fueron los primeros en darse cuenta de que algo no estaba bien y al descubrirlo que se ponen sus trajes y se lanzan la aventura. Pero ellos no eran los únicos perspicaces, también Flash, Linterna Verde, Mujer Maravilla y Aquaman descubrieron sus identidades reales y convencieron a Detective Marciano de unírseles, que él también imaginaba la verdad pero prefería vivir esa vida falsa donde su familia continuaba viva. Los siete descubrieron al responsable, el Doctor Destiny, lo vencieron (aunque había algo aun más siniestro tras de él), se dieron cuenta que por alguna razón ellos siempre tenían que encargarse de las amenazas más grandes contra el mundo y que lo mejor era permanecer juntos. Así, con todo y el sospechosismo habitual de Batman, se convirtieron en la nueva Justice Leage of America o JLA para los cuates. Esta nueva Liga era el sueño dorado de los lectores y el final de un tabú que existió durante décadas, el de no usar a todos los héroes grandes de la empresa en el mismo equipo. Aunque Waid cargó con la responsabilidad de unir al grupo, en la nueva serie regular de la Liga sólo fungiría como escritor secundario para los arcos intermedios y one-shots, el autor regular sería el lengua floja de Grant Morrison y, mira tú, resultó ser la elección perfecta.

En un principio parecía que tener a los iconos de la empresa sería una limitante porque el autor no podría meterse con la continuidad y tendría que tratar a todos con pinzas, pero Morrison convirtió la desventaja en virtud y dio origen a historias en las que los héroes no fueran los ejes centrales sino las amenazas combatían y consiguió devolverle a la serie esa sensación épica que se había perdido en los últimos tiempos, es decir, realmente hacía parecer que los peligros que enfrentaba la JLA nadie más podría vencerlos si no eran los siete grandes, como desde entonces fueron conocidos.

Podía comenzar con cosas sencillas, como la unión de una nueva Liga de la Injusticia de Lex Luthor, pero poco a poco iba agregando elementos místicos, cósmicos o tecnológicos que la convertían en una saga del fin del mundo (como ocurrió en Rock of Ages o la Roca de los Tiempos). Con sus grandilocuentes sagas, la combinación de viejos y nuevos villanos -algunos memorables como el temible Prometeo- y varias subtramas que iban creciendo hasta estallar en el momento menos oportuno, la Liga se convirtió en el cómic más vendido de DC y Morrison alcanzó el estatus de escritor estrella que durante años le había sido negado (y los fill-ins de Mark Waid no demeritaba en lo más mínimo).

Aunque oficialmente el equipo central eran los siete grandes, durante este periodo fueron muchos los héroes que se integraron como especies de reservistas que podían ser convocados en cualquier momento si la situación lo ameritaba, destacando Atom, Acero, La Cazadora, Oráculo y Flecha Verde (Connor Hawke), además de una aportación original, Zauriel, creado por Morrison y Howard Porter en JLA #6. Él es un ángel que llegó a la Tierra tras enfrentar a otra facción de alados que buscaban la llegada del apocalipsis y tras su primera aventura con la Liga se mantuvo como independiente, pero a los pocos números se unió a ellos de tiempo completo... más o menos, porque no se le veía siempre. Continuó apareciendo con frecuencia en otras sagas después de su paso por la Liga, no sé si seguirá existiendo después del reboot. Dato curioso: el propio escritor reconoce haber ideado a Zauriel sólo porque los editores de DC le prohibieron usar al Hombre Halcón.

Pero quien terminaría siendo el octavo miembro de la Liga de forma permanente sería el más inesperado de todos: Plastic Man... aunque siempre se seguía diciendo que eran 7 como si él no existiera, jojojojojo. Morrison regresó del olvido a este héroe durante una saga, tras la cual Batman le dio su voto de confianza y fue aceptado, siendo el miembro cómico que tanta falta le hacía al grupo, lo cual no significa que esa fuera su única función pues sí llegó a salvar el día en más de una ocasión. Otra resucitada en esa serie de JLA fue su contraparte anciana, la JSA o Sociedad de la Justicia, que obtuvieron serie propia de nuevo.

La Liga se convirtió de nuevo en el supergrupo por excelencia de DC (e incluso del medio comiquero en general) y fueron protagonistas de todos los siguientes megaeventos de la editorial, de los cuales les iré hablando en los próximos post. La popularidad de la liga fue tanta que incluso propició que el Detective Marciano tuviera serie propia, algo que no había logrado en casi 50 años de existencia. El clímax y conclusión de la etapa de Grant Morrison al frente del grupo llegaría en 1999 con la impactante saga Tercera Guerra Mundial, donde desembocaron las distintas tramas y personajes desarrollados por Morrison a lo largo de esos 3 años, en una batalla que involucró no sólo a todos los superhéroes del mundo sino también a todos los humanos normales (convertidos a su vez en superhumanos).

Este fue un final dignísimo para el paso de Morrison, aunque los motivos reales tras su salida no lo eran. La historia es truculenta y fue más o menos así: un jefazo de DC le propuso a Morrison y Waid presentar un proyecto conjunto para reestructurar los títulos de Superman, algo que ambos aceptaron con emoción y junto a sus amigos, Mark Millar y Tom Peyer, prepararon un borrador que incluía un nuevo origen, traje y otro enfoque para los personajes secundarios; con todo listo fueron bien contentotes a llevarle su propuesta al editor de los cómics de Supes, Eddie Berganza, pero había un pequeño problema... que los jefes de DC les habían hecho la oferta a espaldas de Berganza, es decir que él no sabía de eso y al enterarse montó en colera diciendo que querían quitarle el puesto y puso un ultimátum a la empresa, ellos o él; los cobardes de DC prefirieron tomar la decisión más salomónica y fingir que nada había pasado, todos de vuelta a lo suyo, además de instaurar una política que prohibía a los escritores meterse en los planteamientos edioriales de los grandes de DC (entíendase Batman y Supes). Curiosamente sería el propio Mark Waid quien terminaría con esa política en 2004 cuando fue asignado para escribir un nuevo origen de Superman. Pero estamos en el momento en que les dijeron a los escritores mencionados que siempre no, Waid, Peyer y Millar lo tomaron de buen modo, pero Morrison con su carácter habitual dijo que se fueran a la verga, que de todos modos él ya estaba harto de los cómics, que quería dedicarse a escribir para cine y televisión y se retiró del medio para siempre... ajá, como si hubiera sido la primera vez que lo decía, en realidad aceptó un contrato con Marvel unos meses después pero otro día le platico de eso. A su salida Waid se quedó como titular y siguió con sagas memorables, destacando el arco Torre de Babel, pero estuvo sólo un año antes de irse a Crossgen Comics.

El nuevo escritor fue Joe Kelly (de paso corto pero memorable por X-Men) y las opiniones sobre su trabajo son divididas, algunos (incluyéndome) dicen que mantuvo el nivel, mientras otros dicen que decayó. Nunca hubo un final como tal de la Liga de los siete grandes, pero entre 2002 y 2003 ya no se les veía juntos muy seguido y de nuevo había muchos miembros segundones, incluso en un arco de Kelly (The Obsidian Age), los siete fueron dados por muertos y entró en su lugar una Liga de reemplazo, hasta que con el evento Crisis de Identidad hubo una reestructuración obligada del grupo, pero eso será tema de otro post. En México, Vid publicó toda la JLA de Morrison (hasta en dos ediciones), lo de Waid, pero quedó a deber casi todo lo de Joe Kelly.

Vamos con los Jovenes Titanes, que también fueron relanzados en 1996, de la mano del hijo pródigo de DC, Dan Jurgens. Como recordarán, los Titanes anteriores fueron terminados cuando Marv Wolfman se rehusó a seguir al frente de ese cómic, por lo que era el mometo perfecto para un inicio fresco. Durante Hora Cero, Atom fue alcanzado por los poderes cronales de Existente causando que fueran regresado a una edad de 18 años, por lo que fue elegido como líder de la nueva encarnación de Teen Titans, pero el resto de los héroes eran totalmente nuevos, con lo que Jurgens pretendía repetir la fórmula de los Titanes ochenteros como Starfire, Cyborg y Raven, que se convirtieron en favoritos de la fanaticada... pero la cosa no salió como esperaba.

Los nuevos miebros del grupo eran bastante anónimos, casi ninguno de ellos consiguió conectar con el público, salvo una niña gótica llamada Argent (la de piel blanca en la portada). Después del impacto inicial los lectores fueron disminuyendo y para intentar levantar las ventas organizaron un concurso en que los lectores elegirían al nuevo miembro del grupo; el ganador fue Robin.... pero al lelo del editor de los Titanes se le olvidó preguntarle al bati-editor si el chico maravilla estaba disponible y no estaba, por lo que no lo pudo usar y en su lugar pusieron a Capitán Marvel Jr que no le importaba a nadie.

Y por si alguien tenía la duda, Atom fue revertido a su verdadera edad madura y los editores dejaron de mencionar su segunda adolescencia como si jamás hubiera pasado. Ahora Arsenal fungía como mentor de los morros pero no hizo ningún cambio, como tampoco lograron ventas al tratar de unir a los Titanes a los mega eventos pues se sentía forzada su incursión. Viéndose reiteradamente defraudados, los lectores se desbandaron y la historieta terminó en 1998, siendo relanzada al año siguiente por enésima ocasión; la mencionada Argent fue la única que continuó siendo utilizada de toda su generación de Titanes. Luego les platicó de eso. Por hoy es todo, la próxima semana continuaremos con DC Comics, pero antes de despedirnos vamos con la quiniela. Ya deben saber que los Tigres fueron campeones (me kaga el Tuca) por marcador global de 4-1 y quien más cerca estuvo de pegarle con su pronóstico fue... nadie. Todos los que pusimos marcador apoyábamos al Santos, pero por proceso de descalificación el ganador será Osmar, que no puso marcador pero fue el único que mencionó que los Tigres ganarían. Osmar se hizo acreedor a una portada en New Nalgas Frías y a una dotación de frutas en conserva, pero eso no incluye el transporte, así que tendrá que ir directamente a la casa de la tía del Casto por ella (puedes preguntarle su dirección en el Feizbuk, jo). Adiós.