Saludos, gente. Seguimos en 1999 gracias a nuestra útil máquina del
tiempo y seguimos viendo que hacían las distintas editoriales de
cómics. Comencemos con DC Comics, que en ese años sacó el evento
conocido como
JLApe: Gorilla Warfare. En ese entonces DC aun tenía
la costumbre de sacar anuales temáticos para sus series más
vendidas, en este caso la Liga de la Justicia y los cómics de sus
miembros -es decir, Batman, Superman, Flash, etc- más un preludio
dentro de
Legends of the DC Universe, una historieta al estilo de
Legends of the Dark Knight, es decir con relatos ubicados en
distintos momentos de la continuidad de la empresa (es muy bueno, lo
recomiendo); en esta saga,
Ciudad Gorila -esa maravilla tecnológica
oculta en Africa y dominada por simios inteligentes- decide salir del
anonimato y darse a conocer en el mundo del hombre. Pero a punto de
hacerlo oficial en una asamblea ante la
ONU, su gobernante, Solovar,
es asesinado por un grupo extremista lo cual, como era de esperarse,
causa la ira de los primates. Nadie se soprendera si les
spoileo que
la mente maestra tras la muerte de Solovar fue realmente el villano
Gorilla Grood y un grupo de sus congéneres que apoyaban sus ideas,
los cuales desarrollan la
Gorillabomb (en serio, así se llama), un
aparato que de buenas a primeras transforma a todos los humanos en
simios, incluida la Liga que ahora debe lidiar con sus propios
enemigos, sus cambios de personalidad (producto de la transformación)
y al mismo tiempo buscar una
cura. JLApe es un crossovers que puede
sonar
ridículo... y en cierto modo lo es, pero también tiene un
sabor a parodia-homenaje de las historias de la época de plata, lo
que tenía mucha coherencia con la
Ola Retro de finales de los
noventa; además está la ventaja de que, aunque todo tiene un tronco
común, cada anual va por su propia historia lo que hace que algunos
de ellos (como el de Flash y Aquaman) sean entretenidos y se puedan
leer
individualmente, además es un evento rápido, sólo 9 partes.
Si están en ánimos de leer algo diferente aventúrense con este
crossover, pero si son como yo y
no le encuentran gracia a los
personajes simios, mejor ni lo intenten (sólo me cae bien
Chimpo).
Vamos con Marvel, que en esos días publicó la miniserie de 5
números
Contest of Champions II. El primer Contest fue una miniserie
de tres partes en 1982, escrita por
Mark Gruenwald, donde dos grupos
de héroes eran convocados por las entidades cósmicas Grandmaster y
Dead como sus campeones y dependiendo de quien ganara, la vida de
otra entidad (El Coleccionista), sería devuelta o llevada para
siempre por la calaca; el verdadero fin de esa miniserie era renovar
el catálogo de héroes marveleros, al presentar a
nuevos personajes
provenientes de distintos puntos del globo, destacando un héroe
argentino (Defensor), un irlandés (Shamrock) o un chino (Collective
Man), los cuales se supone se integrarían permanentemente al
universo Marvel y los veríamos con frecuencia en otros títulos...
lo cual
no pasó. Tuvieron un par de historias en cómics antológicos
y apariciones en batallas donde hacían falta héroes de
bulto, pero nada más. Quizá recuerden a Collective Man en los primeros números de X-Men que publicó
Marvel Gio y en un número de Mighty Avengers. Entenderán que el Contest fue una miniserie
para el olvido, pero ya en 1999 alguien en Marvel debió pensar “si
hay videojuegos basados en nuestros personajes agarrándose a
madrazos que hacen millones, bien podemos hacer lo mismo nosotros”
y decidió resucitar el concepto de héroes peleando. El escritor del
nuevo Contest of Champions fue
Chris Claremont (no sé si también
fue su idea) y básicamente sólo aprovechó la marca ya registrada
para justificar el pleito, porque no tiene
nada que ver con su
predecesora.
En Contest II, una raza extraterrestre invita a los
héroes de la Tierra a un torneo para encontrar al
mejor; al parecer
todos ellos aceptan de buen agrado, pero en realidad los tenían en
un estado de semi-hipnosis gracias a unos
nanorobots, lo cual
descubrimos gracias a Ironman, que ya saben como es chipocludo con la
tecnología y no cae en el engaño... ni le sirve de mucho, porque en
su segunda pelea le toca contra Fuerza X, que por ese entonces tenía
entre sus miembros a
Jesse Bedlam, un mutante con la habilidad de
apagar cualquier pieza mecánica a voluntad y deja inservible al
caralata.
Durante la trama descubrimos que no es ninguna raza
inocente de marcianitos la que organizó el pleito sino los Brood,
esa versión pirata de los Aliens de la película, que buscan
absorber los poderes de los campeones de la Tierra (a través de
Rogue), pero los héroes eventualemente son liberados del trance y
derrotan a los Aliens... digo, a los Brood. Hay que destacar el gran
sentido narrativo de Chris Claremont, que logra con éxito que el
protagonismo se reparta entre varios héroes, porque en el primer
número parece que será un cómic de Ironman y sin embargo, al
quedar eliminado al final de ese episodio, descubrimos que esto va
más allá; Claremont también aprovecha esta miniserie para más o
menos limar las asperezas entre Rogue y Miss Marvel, que se odiaban
desde que la primera le robó sus poderes y memorias a la segunda y
no es que tras el Contest se hicieran cuadernas de doble raya, pero
al menos Ms. Marvel descubre que no necesita seguir alimentando ese
rencor y debe seguir adelante con su vida.
Pero ahora vamos a lo que
nos interesa a nosotros los lectores descerebrados y fanáticos de la
violencia (jojojo), es decir los madrazos. Primero hay que ver los
aspectos malos y son dos: uno, se supone que buena parte de los
héroes de la Tierra estuvieron peleando pero obviamente si saliera
cada combate a la fecha no habría acabado esa serie, así que la
mayoría de rounds ocurren fuera de cuadro (o en uno o dos) y al
final vemos quienes avanzaron; el otro aspecto cuestionable es que
las peleas eran a capricho del escritor, porque algunas eran
individuales y otras en grupo, como la que mencioné de Ironman
contra Fuerza X y los Slingers contra los Nuevos Guerreros -y
curiosamente su líder, Justice, después pelea en solitario contra
Jean Grey-, claro, sabemos que eso era en beneficio de ver al mayor
número posible de héroes a cuadro, pero si lo hacía sentir muy
caótico y no faltará quien me diga que si a esas vamos, que peleen
juntos los Vengadores o los Hombres X y a ver quién les gana, jo. El
lado bueno de la serie es que sí vemos varias peleas muy
interesantes, incluida una donde el ganador era por votación del
público (o eso dicen) entre Daredevil y Deadpool y este último
ganó aprovechándose de su falta de limitaciones morales... creo que
al día de hoy Nelson no se recupera del entripado que le provocó
esa decisión. Hay un buen combate entre Tormenta y Thor, donde queda
clara la diferencia entre ser una de las mutantes más poderosos del
mundo y ser un dios, otra de Hulk contra Reed Richards, donde el
gigante esmeralda prueba que no es tan wey como todos piensan, y, por
supuesto, Gambit derrotando a Wolverine... con mañas y suerte, pero ganó y
se chingan los fanáticos del garritas. Pero para que vean que no soy
parcial, haré acopio de profesionalismo y no mencionaré que
Spiderman quedó entre los 8 héroes más poderoso del torneo... En
fin, Contest of Champions II no es un gran cómic pero es
disfrutable, fue editado en México por Vid en su título Marvel
Comics Presenta, supongo que aun puede conseguirse.
Por último, ya
les había contado que la empresa de videojuegos Acclaim había
comprado
Valiant Comics dos años atrás, pero no estaban
acostumbrados al trabajo editorial, esperaban resultados millonarios
inmediatos y cancelaron sus series, hasta que sus juegos basados en
Turok y
Shadowman se volvieron sus franquicias más exitosas y
decidieron que los impresos merecían otra oportunidad. A finales de
1999, Acclaim Comics fue reabierta y comenzaron por lanzar una nueva
versión de
Unity, el megaevento tipo Crisis en las Tierras Infinitas
que había convertido a Valiant en la tercera editorial más
importante de la industria a principios de la década. Se llamó
Unity 2000 y fue escrito por... chachachachaaaán...
¡Jim Shooter!
Así es, el fundador de Valiant y creador de todo su universo
original, que había sido feamente traicionado y despedido por sus
colegas accionistas, pero como ya ninguno de ellos estaba presente
pues no tenía problemas con la nueva administración y aceptó el
encargo. El nuevo Unity, al igual que la Crisis de DC, involucraba un
multiverso (que giraba en torno todos los Shadowman) y el plan de
Shooter era que al final del evento el universo que él creo (VH-1) y
el de Fabian Nicieza (VH-2) se
fusionaran, aunque desde un principio
era evidente que le daría preferencia al suyo, con todo y que en la
segunda etapa de Valiant hubo varios éxitos, como el segundo
Shadowman, que era mucho más popular que el original; al mismo
tiempo aparecieron nuevos títulos regulares, incluidos un nuevo
Ninjak y un segundo volumen de
Quantum & Woody.
La idea de Acclaim
era que ya sólo se editaran 4 ó 5 cómics al mes, ya sea porque
tuvieran un amplio público o, en el peor de los casos, que no fueran
muy populares pero se convirtieran fácilmente en
videojuegos o
juguetes, como el ya mencionado Turok. Para el caso no tiene
importancia, porque Unity 2000 fue un
fracaso (se planearon 6 episodios y los recortaron a la mitad) y los cómics seguían
sin recaudar dinero con la rapidez que Acclaim quería y ellos mismos
no iban por buen camino: resulta que entre 2001 y 2002 Acclaim tenía
varios juegos populares, pero
no se podían producir a la velocidad
que sus adeudos requerían, además ellos había apostado por dos
plataformas, la de Nintendo y la Sega, que estaban siendo rápidamente
rebasados por Sony (es más, Sega bailó las calmadas) y, para
rematar, perdieron mucho dinero en la bolsa de valores. En 2003 la
situación era insostenible y Acclaim se declaró en
bancarrota,
rematando todas sus propiedades, incluida Valiant y sus derechos
comerciales. En 2005, los personajes que Valiant había comprado a la
difunta editorial
Gold Key (Solar, Turok y Magnus) regresaron a sus
propietarios originales, Classic Media y
Random House, mientras que
los creados por la editorial de Jim Shooter se subastaron y fueron
adquiridos por un conjunto de inversionistas, diciendo que eran una
sociedad preservadora de Valiant, más tarde adoptando el título
oficial de
Valiant Entertainment.
En 2009,
Dark Horse Comics compró
la licencia de Solar, Turok, Magnus y otro héroe viejito llamado
Mighty Samson, para lanzar una línea de cómics, organizada y
escrita por... sí, Jim Shooter; pese a la ola nostálgica de varios
fanáticos, no fueron cómic muy populares y duraron
menos de un año
(Magnus y Turok apenas alcanzaron 4 ejemplares). Por su parte,
Valiant Entertainment sacaba
recopilados de las series originales,
algunas con prólogos e historias cortas escritas por... ¿tengo que
decirlo? Jim Shooter; pero enfrentaban
problemas por los derechos,
pues un grupo de los autores originales peleaban propiedad
intelectual de las reimpresiones, además de que Shooter se iba al ya
mencionado proyecto de Dark Horse. Parecía que todo estaba
terminado...
pero no. En 2008 los jueces fallaron a
favor de Valiant
Entertainment sobre todo lo relacionado a derechos de autor, en 2011
se reorganizó la mesa directiva de la empresa y, finalmente, a
principios de este año se dieron a conocer las primeras imágenes de
una nueva línea de cómics encabezadas por
X-O Manowar. Otras series
son Harbinger, Archer&Armstrong y Ninjak, respaldadas por autores
de renombre como Cary Nord y
Fred Van Lente; ya veremos qué tal
resultan. Eso es todo por hoy, la próxima semana algo de Marvel, DC
y los
independientes; no se pierdan este sábado un nuevo número de
New Nalgas Frías para quitarse el mal sabor de boca de las elecciones. Adiós.