Creo que el Sodo anda durmiendo en otro blog

1999(9)

Saludos, tíos. Seguimos en 1999 y con la máquina del tiempo averiada, así que mientras Stark la repara vamos con Image Comics y su serie The Red Star, obra de Christian Gossett, aunque él básicamente sólo tuvo la idea original y tenía un grupo de autores haciendo el resto. Es un cómic bélico de ciencia ficción ubicado en el ficticio país de la Unión de Repúblicas de la Estrella Roja, coincidentemente muy parecido a lo que fue la URSS y que incluso, se supone, comparte frontera con ella; del mismo modo su país enemigo es Al'lstaan, el equivalente de Afganistán. Los primeros números se enfocan sobre todo en Maya Antares, viuda de un soldado muerto en combate, pero no hay un protagonista único, la acción es rápida y salta de un personaje a otro, incluido el esposo de Maya, Marcus, cuya participación es importante tanto vivo como muerto.

Y es que eso es lo interesante de esta serie, que el conflicto armado se combina con elementos mágicos, algo que encaja muy bien con la ideología rusa... o en este caso, de la Estrella Roja. Hay una entidad mística que se alimentan de los al'lstaanos muertos en el conflicto para enfrentar a sus enemigos, así cómo un espíritu llamado Red Woman que guía y apoya a los otros. The Red Star fue un cómic muy bien escrito y trazado -como dato curioso, fue pionero en el uso de escenarios y fondos tridimensional-, consiguió hacerse de un grupo nutrido de seguidores, pero no fue el gran evento que Image esperaba, por lo que después de dos arcos (9 ejemplares) dejaron de publicarlo; sin embargo, una editorial pequeña sacó un anual y dos miniseries más, que continuaban narrando el conflicto armado y las aventuras de Maya y Marcus, ahora imbuidos de energía mística. La fanaticada de Red Star fue suficiente para lanzar una versión digital del cómic, un videojuego, un juego de rol y, se dice, pronto también una película.

Mientras eso ocurre, visitemos DC Comics, que en 1999 fue protagonista de uno de los casos de censura más sonados dentro del medio, gracias a la historia titulada Letitia Lerner Superman's babysitter, obra de Kyle Baker, a quien varios lectores recientes ubicarán por la serie MAX de Deadpool. La cosa fue más o menos así: Baker escribió un pequeño relato junto a la excritora Liz Glass, al estilo de las viejas caricaturas, donde una niñera era contratada para cuidar al bebé Clark Kent y pasaba las de Caín, porque el desgraciado escuincle se electrocutaba, entraba al horno y le caían cosas pesadas encima... claro, eso no mataría al súperbebé, pero ella no lo sabía y se la pasaba al borde del infarto durante todo el cómic; muy gracioso y eso mismo pensó el editor de los títulos de Superman, que aprobó su publicación dentro de una edición especial llamada Elseworlds 80-page Giant, hasta que el editor Paul Levitz (en ese entonces videpresidente de DC) se enteró y le entró miedo de que acusaran a la compañía de promover el maltrato infantil o, peor aún, que hubiera bebés encerrándose en el microondas... alguien debería haberle explicado que la mayoría de lectores de cómics superan los tres años y no son idiotas.

Pero bueno, Levitz ordenó detener las prensas y que los ejemplares ya impresos fueran destruidos, aunque el decreto se limitó a Estados Unidos, pues los pedidos en Europa (específicamente en Inglaterra) ya habían sido surtidos; se corrió la voz de lo ocurrido y comenzaron las quejas de lectores y otros autores. Como para echarle más caca encima a Paul Levitz, en el año 2000 le dieron 2 premios Eisner a Kyle Baker, uno como mejor autor de humor y otro por la historia de Letitia Lerner; así que Levitz saltó al estrado y aseguró que no había sido cosa de censura, que ese tipo de historias no encajaban con la continuidad actual pero esperaba un formato adecuado para poderlo publicar... ajá, te creemos, sobre todo porque iba a salir en un Elseworlds. Anunció que en pocos meses se lanzaría un volumen especial con autores independientes donde la historia de Letitia Lerner vería la luz en Estados Unidos; el cómic en cuestión salió hasta el 2001 y se llamó Bizarro Comics, incluía también relatos de Jeff Smith y Chip Kidd, más una portada de Matt Groening. Además, la siguiente reimpresión del Elseworlds original salió sin recortes.

Vamos con Marvel Comics y dos títulos surgidos en 1999, el primero fue el one-shot titulado Avenger 1 1/2, escrito por el clásico Roger Stern. Estaba ubicado entre los números 1 y 2 de la serie original de Vengadores, esa época en la que Hulk seguía siendo parte del equipo y narraba la primera reunión oficial del grupo, más un mortal encuentro con el Doctor Doom; incluso tuvieron el detalle de agregar anuncios publicitarios que parodiaban los de los años sesenta. Sin demeritar el trabajo de Roger Stern, que fue muy bueno, la verdad es que el gran atractivo de ese cómic era que contaba con los dibujos del genial Bruce Timm y todos estaban ansiosos por ver sus versiones de los Vengadores Clásicos, que no defraudaron a los fanáticos.

También en ese año salió la miniserie de 8 partes titulada Domination Factor, idea de Jerry Ordway y Dan Jurgens, que se complementaban bien desde su época en Superman; en realidad era una misma serie dividida en dos, Domination Factor: Fantastic Four (4 números) y Domination Factor: The Avengers (otros 4). La cosa es que se podían leer independientemente cada una, pero se complementaban, así que lo ideal era leer el primer número de los Fantásticos, luego el primero de Vengadores y así sucesivamente, incluso las primeras 2 portadas formaban una misma imagen. La trama era que unas especies de construcciones orgánicas gigantes aparecían en el mundo, resultaban ser entidades vivientes y presagiaban la llegada de un evento cósmico que, como siempre, podría destruir el mundo. Fantásticos y Vengadores descubrieron que alguna vez existió una aparato capaz de detenerlos, pero ya no más y ahora tenían que viajar al pasado para recuperar sus piezas.

Al estilo de Avengers Forever, ambos equipos revivieron distintos momentos claves de su historia y enfrentaron a viejas versiones de amigos y enemigos, destacando un encuentro con Namor, los Hombres X originales, los Howlings Commandos en la Segunda Guerra Mundial y el Tony Stark borrachín de los ochenta. Las dos series comenzaron en diciembre de 1999 y sus últimos números ya fueron impresos en 2000. Dato curioso: para todos los que se quejan de los números punto uno que recientemente sacó Marvel en algunas de sus series, deben saber que Domination Factor fue la primera en usar esa numeración rara, aunque fue con intención de que se viera más moderna e informática; los ejemplares de Fantastic Four están numerados como 1.1, 2.3, 3.5 y 4.7, mientras que los de Avengers son 1.2, 2.4, 3.6 y 4.8. No junté esa serie, así que no puedo asegurar que tan buena era, pero tengo entendido que funcionaba bien para completistas porque entendían todos los puntos del pasado que revisaban, para los lectores más nuevos podía ser confusa. Eso es todo por hoy, la próxima semana terminaremos el año 1999 con un post dedicado a Marvel. Adiós.