Diego va cada dos meses a la clínica de desintoxicación

DAME TODO EL POWER

Saludos, gente. Como ya les he contado, después de que Brian Michael Bendis tuvo un éxito inesperado con su opera prima, Jinx, en Image se interesaron por él y tuvieron razón, pues el triunfo se repitió con Torso y Goldfish (segunda parte de Jinx), además de un par de guiones para Todd McFarlane Productions. 

En el año 2000, Bendis se unió a su buen amigo, el dibujante Michael Avon Oeming para crear la serie Powers, obra de autor pero editada por Image; de hecho, DC Comics fue la primera interesada en la serie, pero ese asunto de los derechos tiró las negociaciones. Dato curioso: Bendis, Oeming, David Mack y Daniel Berman tienen, supuestamente, su propio sello llamado M.O.B, aunque en realidad no produce nada de modo individual, es sólo como ser parte de una pandilla, jojojojo. Powers combina las dos grandes pasiones de Bendis: los superhéroes y la novela detectivesca, pues narra las aventuras de dos agentes del departamento de homicidios pero en un mundo donde los metahumanos son cosa de todos los días. En esta serie los supertipos son muy realistas y viven en un mundo donde son considerados celebridades, algo que otros autores han intentado, algunos con éxito (Mark Millar) y otros fracasando terriblemente (Rob Liefeld). Por suerte, Powers entra en la primera categoría. La premisa de este cómic es cómo reaccionan los policias en un mundo donde los superhéroes dominan la justicia y esto incluye desde la idea de que les quieren quitar la chamba hasta si deben ayudarlos en caso de que ellos los necesiten. Los primeros arcos argumentales de la serie abordan tanto asesinatos de superhéroes como de personas comunes que de algún modo se relacionan con algún metahumano, al tiempo que exploran el pasado de los detectives protagonistas, que no están exentos de sus secretos, todo con el particular estilo de Bendis para dar giros inesperados.

Powers estuvo cerca de la cancelación tras sólo un número, pero Image respaldó la salida de los siguientes dos (que ya estaban en preproducción de todos modos) y para entonces los lectores consiguieron engancharse y recomendarlo a sus amigos, dando como resultado buenas ventas para el primer arco y de ahí pal real, porque en 2001 Powers ganó el premio Eisner a la Mejor Nueva Serie, seguido de dos más para Bendis como mejor escritor, aunque no hay que quitarle mérito a Oeming, que se alejó de los clichés de series negras y con su estilo influido por Bruce Timm le dio una identidad propia a la serie. Como ya saben, el destino de Bendis estaba en Marvel Comics y para 2002 ya era el escritor estrella de esa empresa, lo que atraía más miradas a Powers, pero desentonaba en el sentido de hacerlo rostro visible de la editorial. Para rematar, Jim Valentino, uno de los fundadores de Image y el editor que respaldado la salida de Powers, dejaba su cargo dentro de la empresa y, al parecer, Bendis no se sentía muy agusto con su reemplazo, así que de común acuerdo con Oeming decidieron aceptar un contrato con Marvel para mudar la serie al subsello Icon, donde han tenido publicación irregular pero constante y dicen que seguirá. Toda la serie se puede conseguir en recopilados.

Ya que mencioné Marvel Comics, en el 2000 esa empresa seguía sacándole jugo a la llamada Ola Retro con tres miniseries de tres números llamadas Before the Fantastic Four. Creo que fue una idea del editor Tom Breevort (aunque no estoy seguro) porque contó con un escritor diferente en cada capítulo y eran tres historias sin conexión entre sí que narraban los eventos previos a que los miembros de los 4 Fantásticos se unieran. La primera miniserie fue Before the Fantastic Four: Ben Grimm and Logan, escrita por Larry Hama, donde Nick Fury asigna al hombre que se convertiría en La Mole a una misión donde hizo equipo con cierto operativo canadiense enano y peludo, contando además con la participación de la agente Carol Danvers y la asesoría técnica del joven científico Tony Stark; además, la misión los llevó a Rusia en plena Guerra Fría, por lo que enfrentaron a varios agentes, entre ellos una tal Natasha Romanoff y como si eso no fuera lo suficientemente rebuscado, Logan tenía una misión adicional que era robar cierto metal misterioso en posesión de los rusos... sí, ya saben cual. Dato curioso: cada vez que hacen menciones del pasado del universo Marvel, de algún modo Wolverine termina involucrado, porque siempre resulta que conoció a medio mundo; desde Nick Fury hasta el Capitán América, pasando por Ben Grimm, los papás de Peter Parker y recientemente supimos que hasta a Charles Xavier cuando era joven.

Otra miniserie fue Before the Fantastic Four: Reed Richards, escrita por el confiable Peter David y ubicada en Asia, poco después de que el futuro Mr. Fantastic salió de la universidad y estaba haciendo viajes de exploración arqueológica, que lo llevaron a involucrarse con un príncipe desterrado de su país y un instrumento mágico perdido; para no variar, otro interesado en el objeto en cuestión era el joven Victor Von Doom, que ya había sufrido el accidente que lo hizo odiar a su viejo amigo, pero aun no usaba su característica máscara. Por último, tenemos Before the Fantastic Four: The Storms, escrita por el irrelevante Terry Kavanagh y, como a diferencia de Ben Grimm y Red Richards, no había registro en ningún cómic de que los hermanos Sue y Johnny hubieran tenido una vida interesante antes de ser parte de los Cuatro Fantásticos, pues tuvo que sacarse de la manga una enredada trama en donde Johnny encuentra en casa de sus vecinos (una adolescente y su tío arqueólgo) un amuleto místico, que es buscado por Drácula y el demonio Zarathos. Con la participación de este último, también termina involucrada en la historia una versión del Ghost Rider, lo que resulta en una especie de cómic grupal con los dos Storms sólo como un elemento más. Ya les he dicho que desde la salida de John Byrne de Fantastic Four, yo jamás pude volver a tomarle gusto a los Fantáticos, así que desde que vi anunciadas esas miniseries me dieron flojera, pero quién sabe igual están buenas.

Ahora, si en Marvel se aferraban en explotar la vena nostálgica, en DC Comics no vendían piñas y tenían entre sus filas a un acérrimo aficionado retro, Mark Waid, que ideó un mini-evento llamado DC Silver Age en el año 2000. Se trataba de una serie de ediciones especiales con equipos creativos diferentes, pero que se interconectaban por un mismo acontecimiento y estilo narrativo que, evidentemente, tenía reminiscencias de los sesenta y setenta. La trama era algo ingenua, pero divertida (como la época de plata misma), pues el villano intergaláctico Agamemno hizo que los principales héroes de la Tierra intercambiaran cuerpos con sus peores enemigos, así Superman se cambió con Lex Luthor, Batman con el Pingüino (su archirival en los sesenta), Linterna Verde con Sinestro, etc. Para aderezar el problema, entre la confusión llegaron varios héroes clásicos de esos años -y ya en desuso por esos días- para poner orden y enfrentar a los poseidos; segundones de la talla de los Black Hawks, Metamorfo y Deadman. Los nombres de los especiales del evento también sacaron lágrimas de los nostálgicos, como Challengers of the Unknow, The Brave and The Bold, Showcase y Dial H for Hero. Creo que se pueden conseguir fácilmente estos cómics, pero recuerden que su estilo es totalmente retro, así que cada quien decida si le interesan o no. Dato curioso: evidentemente, estos especiales eran protagonizados por los héroes de la época de plata, así por ejemplo, salía Hal Jordan como Linterna Verde, la identidad de Batichica era Barbara Gordon, los Titanes eran Robin, Aqualad y Wonder Girl... aunque todo eso ya es actual otra vez, jojojojojo.

Ya que mencioné a Hal Jordan, en el mismo año 2000 salió a la venta Green lantern: Circle of Fire, una serie de sólo dos partes, pero con 5 one-shots relacionados que aparecieron entre la primera y segunda parte para hacernos gastar más. Lo anunciaban como el evento que callaría la boca de todos los necios que pedían el regreso de Hal Jordan y establecería a Kyle Rayner como el único y definitivo Linterna Verde y... pues me gustaría decir que así fue, pero la verdad es que resultó una saga muy mediana. Fue orquestada por el bien reconocido escritor Brian K. Vaughan, con ayuda de Scott Beatty, Judd Winick y Jay Faerber en los tie-ins. En el primer episodio se acercaba a la Tierra un conquistador intergaláctico llamado Oblivion, que derrotó en el espacio a toda la Liga de la Justicia, excepto a Kyle y Batman, que se encontraba en la Tierra protegiendo Ciudad Gótica. Lo “raro” del caso es que Oblivion era un personaje de historieta que hace mucho tiempo había creado Kyle en su libreta de bocetos; para complicar las cosas, entraron en escena 5 nuevos Linternas, aparentemente venidos de otras realidades y tiempos, incluyendo un robot Manhunter, una flash-green lantern y... ¡la fallecida novia de Kyle! Pues resulta que en su línea temporal fue ella quien recibió el anillo y su novio asesinado. Los nuevos Linternas hicieron equipo con Kyle y otros héroes de reemplazo como Power Girl y Adam Strange (cuyo planeta había sido el primer ataque del conquistador) para descubrir de dónde surgió la amenaza y encontrar un modo de derrotarlo. En los mencionados tie-ins se ven los distintos equipos formados por un Linterna y un héroe conocido mientras que en Circle of Fire 2 vemos el encuentro final entre Kyle y la verdadera identidad de la amenaza.

Creo que no le arruinaré la sorpresa a nadie si les spoileo el graaaan secreto, porque seguro muchos ya lo adivinaron (como hice yo después de leer el primer capítulo): tanto el villano como los otros Linternas fueron creados por la propia mente de Kyle, siendo cada uno parte de su personalidad; resulta que, al estilo de lo ocurrido con el simbionte de Spiderman, el lado maligno de la psique de Kyle había estado desprendiéndose del anillo mientras dormía, tomando la forma más aterradora que podía recordar (Oblivion) y comenzando su plan de conquista lejos de la Tierra hasta tener fuerza suficiente para superponerse sobre su lado bondadoso. Se supone que el mensaje de la miniserie era que, al haber superado la tentación de poder y enfrentar su lado oscuro, Kyle había triunfado donde Hal Jordan falló, pero desde mi punto de vista lo predecible de la trama echó a perder todo, porque los diálogos y el arte son buenos... de todos modos, ahora resulta que el pobrecito Jordan en realidad jamás fue malo... pfft. Lo único interesante de Circle of Fire fue ver que si Kyle usara todo su poder podría vencer a la Liga de la Justicia (excepto Batman para no variar).

Eso es todo por ahora, pero antes de despedirme tengo pendientes los resultados de la encuesta, la pregunta fue ¿Qué te gustó más del Mes de Spider-Man? Y los resultados:

Que le ganó a Superman y a Cthulhu	11 (12%)
Saber que aunque mi vida esté jodida la de Peter Parker es peor	28 (32%)
Los lloriqueos de los Hermanos Ano	7 (8%)
Que el Casto no posteó	39 (45%)

Jojojo, ya me esperaba que la opción del Casto ganara, serán mamones. Lo triste es que la menos votada fue la de los Anónimos... ni para eso sirven. Ya hay nueva encuesta y la próxima semana de nuevo habrá Marvel, Image y DC, así que ustedes saben si se lo pierden.