¿A
CÓMO LAS QUESADILLAS?
Saludos,
paisanos. En el año 2000 la industria del cómic estaba en
recuperación; las ventas eran aun menores de lo que querían las
editoriales, pero los signos de mejoría eran evidentes. Todos tenían
motivos para ser optimistas... excepto Marvel Cómics. Seguía en
bancarrota y recuerden que no era sólo una expresión, ese era su
estado legal y para aumentar la vergüenza, en ese mismo año su
gran competidor, DC Comics, se apoderó del primer lugar de ventas de la
industria. Era necesario hacer cambios y lo primero fue nombrar un
nuevo presidente, Bill Jemas, el cual pidió la renuncia del editor
en jefe, Bob Harras, lo cual se veía venir desde tiempo antes por
los pobres resultados en todo lo que no tuviera una letra X en el
título y ni esos tenían cifras espectaculares. Ahora, tan sólo dos
años antes no había duda de que a la salida de Harras el puesto
caería en manos de Tom Breevort, editor muy luchón y con ideas
constantes, pero entonces llegó Joe Quesada y tuvo éxito con todo
lo que emprendió dentro del sello Marvel Knights, trayendo consigo
muchos autores de renombre a la plantilla y manteniendo buen trato
con lectores y colegas por igual. La elección era obvia y a finales
del año 2000, Quesadillas fue nombrado Editor en Jefe de Marvel.
Nada volvería a ser igual y no es exageración.
El punto clave de la administración de Quesada fue terminar con las vacas sagradas: no más personajes, autores o métodos intocables.Por ejemplo, una de las razones por las que DC superaba a Marvel es que tenía totalmente controlado el mercado de los recopilados, así que Quesada potenció los trade-paperbacks; de hecho, de ahí viene la corriente aun vigente de que los arcos argumentales duren 6 números, porque esa es la medida ideal para un compilado. Ahora, tampoco era decirle a los escritores “que tu guion dure 6 partes” y ya; había lineamientos específicos. El primero era evidentemente que fuera un buena historia, el segundo que fuera auto-concluyente y auto-referente; es decir, que los compradores pudieran leer el arco completo sin tener que remontarse a eventos ocurridos 20 años antes y que el final generara suficiente interés para que los lectores quisieran los siguientes números pero al mismo tiempo dejar lo suficientemente cerradas las subtramas para que el lector no se sintiera obligado. Dicho de modo sencillo, que fanáticos y particularmente nuevos lectores, quedáramos atrapados en su telaraña saca-dinero, pero sin darnos cuenta. Muchos acusaron que este método limitaba la capacidad creativa de los guionistas, pero ya en la práctica no era sí, basta ver lo que hizo Bendis con Ultimate Spider-man o Brubaker con Capitán América para comprobar que se puede construir una épica gigante mediante pequeños arcos.
A Quesada también le debemos la ampliación del catálogo de recopilados Essential Marvel y la adopción de los formatos Omnibus y Digest -que reciéntemente también llegó a Televisa-, el primero usado para periodos largos de un personaje con un mismo autor y el segundo para series en apariencia no muy exitosas, pero que con ese tamaño y precio podían enganchar un nuevo público. En cuanto a personajes y autores, Quesada aplicó lo mismo que venía haciendo en Marvel Knights: buscar talento independiente y de otras empresas, para que aportaran nuevas visiones a héroes desgastados y los dejó trabajar, haciendo que los editores dejaran de meterse en el trabajo del escritor y se limitaran a salvaguardar la continuidad y coherencia. Esto desde luego implicó cambios y muchos autores respetados quedaron fuera de los planes, pero a diferencia de otros editores que despedían gente con prepotencia y se olvidaban de ellos, Quesada tuvo tacto, les agradecía su trabajo y siempre que fue posible los reubicó en otros proyectos que no fueran los principales de la empresa y así dejarlos desarrollar sus ideas sin la presión de llevar sobre sus hombros el destino de la compañía. La mayoría de quienes trabajaron con Quesada en algún momento hablan bien de su trato, independientemente de si fue exitosa o no su colaboración, yo sólo recuerdo dos autores que han tenido discusiones públicas directamente con él, Steve Englehart y el conocido pleito con JM Strack... stracsi... ése que escribía Amazing Spider-Man... otro día hablamos a detalle de esos casos.
Hubo autores para los que ya no quedó lugar, porque la parte difícil del trabajo de Quesada fue recortar muchas series. Siendo justos, tampoco llegó con tijera en mano y lanzando volados para ver quién se iba; hizo un análisis sobre qué series funcionaban bien así como estaban (los Vengadores de Kurt Buziek, por ejemplo), cuáles eran necesarias pero requerían ajustes urgentes (como los títulos arácnidos) y cuales de plano debían irse o ser cambiadas por otras (la mitad de títulos mutantes). Los cambios de Spider-man y X-Men merecen su propio post por lo serios que fueron, así que esperen pronto más de eso. Una de las reglas instauradas por Quesada fue que todos los eventos importantes ocurridos dentro de un arco llevaran a un fin por sí mismos y no con miras a reproducir sus consecuencias al infinito, es decir, si matabas algún personaje era porque tendría un peso y desarrollo inmediato dentro de la trama, no como acostumbraban los escritores, matar un héroe sólo para sacar una miniserie de 4 ó 5 ejemplares donde resucitarlo. De hecho, instauró una política contra las resurrecciones, si alguien moría se quedaba así y ponía como ejemplo su propio arco en Daredevil donde mató a Karen Page, diciendo que mientras él estuviera a cargo jamás volvería. Del mismo modo, mantuvo los cómics independientes entre sí, hubo pocos crossover y cuando fueron inevitables por tratarse de series que pertenecieran a una misma familia, debían sentirse hermanadas, compartir estilo y finalidad, no cada una jalando para su lado -algo común al tener tantos editores- e igual mantuvo limitado el número de nuevos proyectos que se podían lanzar, todo esto con fin de no asustar a los nuevos lectores que al ver un mercado tan saturado preferían otras aficiones.
Muchos me dirán que Quesada terminó rompiendo todas sus propias reglas y es verdad, pero en ese preciso momento se aferró a ellas, las hizo respetar y saben qué: funcionó. Recortar series fue un acierto porque los lectores no estaban dispersos en un montón de series de 50,000 ejemplares, sino juntos en una serie de 500,000; limitar los nuevos proyectos los volvía especiales y atraía los reflectores sobre ellos, lo que se traducía en ventas y segundas ediciones; el mercado de recopilados siguió perteneciendo a DC, pero Marvel ya tenía presencia; y las reglas contra crossovers, muertes y eventos innecesarios trajeron de vuelta a ese público que sentía que Marvel había traicionado su realismo tradicional y era cada vez más fantasiosa. La mejora fue lenta pero notoria y para 2003 Marvel había salido de la bancarrota y recuperado su primer puesto en la industria y entonces sí, se pudieron dar el lujo de imprimir de nuevo muchos cómics, portadas variantes y megaeventos. Así es como se debe trabajar para reconstruir una empresa, de abajo hacia arriba, reduciendo el producto, controlándolo y luego reiniciar la expansión. Y Quesada lo hizo. A nivel argumental iremos viendo lo bueno y lo malo en otros post, así como las líneas y subsellos creados a partir de las ideas del Quesadillas, pero sí creo que merece su lugar como uno de los mejores editores en la historia del cómic y uno de los más longevos, porque duró más de 10 años al frente de la empresa y fue apenas en 2011 que se hizo a un lado, dejando su lugar a su leal compañero Axel Alonso, pero eso sí, no se fue sino que creó un nuevo cargo llamado Director Creativo, que ahora ocupa y de ese modo aseguró ser la verdadera mano que controla el poder tras quien da la cara públicamente.
Para terminar el post de hoy, me gustaría mencionar una de las decisiones más controversiales del periodo de Quesada, que fue la política de los No Fumadores, según la cual ningún héroe debía ser fumador, rasgo que se extendió a villanos y personajes secundarios por igual. Muchos criticaron esta decisión porque, pese a ser bien intencionada, quitaba veracidad al universo Marvel y suprimía un rasgo característico de varios personajes. Entre los afectados estuvieron Nick Fury, Gambit, Howard el Pato y la Mole, que no era fumador empedernido pero se le llegó a ver echándose un purito de vez en cuando. Muchos dicen que también Wolverine fue víctima de la nueva ley, pero él había dejado de fumar desde Atracciones Fatales (1994), cuando perdió el adamantium, su factor de curación se vio mermado y todo le hacía daño; un par de veces volvió a aparecer fumando, pero eso era cosa de los dibujantes, ya no era un rasgo distintivo para cuando Quesada se volvió editor en jefe. Esta regla también fue motivo de burla en diversos medios, donde cuestionaron borrar ese detalle y mantener otros males como alcoholismo, sexismo, drogadicción y la propia violencia. Dos casos emblemáticos: un especial de X-Force, donde Wolverine masacra un ejército completo pero al final resiste la tentación de fumar, dando a entender indirectamente que sólo su vicio por el asesinato lo aleja del vicio del tabaco (como si fuera más sano); y más recientemente en los Ultimate Avengers de Mark Millar, donde el editor de la serie ordenó borrar un cigarro que el dibujante Carlos Pacheco le había puesto a Red Skull, pero no tuvo empacho en aceptar que en esa misma escena el villano arrojara a un bebé por la ventana. Creo que tenían más valor arcos argumentales como aquel en Amazing Spider-Man donde Mary Jane se volvió fumadora y mostraron los males y consecuencias que eso trae, en lugar de fingir que el problema no existe.
En fin, eso es todo por hoy, el post de la próxima semana caerá el último martes previo al Día de Muertos, así que es buen momentos para hablar de Robert Kirkman y sus obras, incluyendo la mentada Walking Dead. Este viernes Nalgas Frías vs Huevonazos. Adiós.
El punto clave de la administración de Quesada fue terminar con las vacas sagradas: no más personajes, autores o métodos intocables.Por ejemplo, una de las razones por las que DC superaba a Marvel es que tenía totalmente controlado el mercado de los recopilados, así que Quesada potenció los trade-paperbacks; de hecho, de ahí viene la corriente aun vigente de que los arcos argumentales duren 6 números, porque esa es la medida ideal para un compilado. Ahora, tampoco era decirle a los escritores “que tu guion dure 6 partes” y ya; había lineamientos específicos. El primero era evidentemente que fuera un buena historia, el segundo que fuera auto-concluyente y auto-referente; es decir, que los compradores pudieran leer el arco completo sin tener que remontarse a eventos ocurridos 20 años antes y que el final generara suficiente interés para que los lectores quisieran los siguientes números pero al mismo tiempo dejar lo suficientemente cerradas las subtramas para que el lector no se sintiera obligado. Dicho de modo sencillo, que fanáticos y particularmente nuevos lectores, quedáramos atrapados en su telaraña saca-dinero, pero sin darnos cuenta. Muchos acusaron que este método limitaba la capacidad creativa de los guionistas, pero ya en la práctica no era sí, basta ver lo que hizo Bendis con Ultimate Spider-man o Brubaker con Capitán América para comprobar que se puede construir una épica gigante mediante pequeños arcos.
A Quesada también le debemos la ampliación del catálogo de recopilados Essential Marvel y la adopción de los formatos Omnibus y Digest -que reciéntemente también llegó a Televisa-, el primero usado para periodos largos de un personaje con un mismo autor y el segundo para series en apariencia no muy exitosas, pero que con ese tamaño y precio podían enganchar un nuevo público. En cuanto a personajes y autores, Quesada aplicó lo mismo que venía haciendo en Marvel Knights: buscar talento independiente y de otras empresas, para que aportaran nuevas visiones a héroes desgastados y los dejó trabajar, haciendo que los editores dejaran de meterse en el trabajo del escritor y se limitaran a salvaguardar la continuidad y coherencia. Esto desde luego implicó cambios y muchos autores respetados quedaron fuera de los planes, pero a diferencia de otros editores que despedían gente con prepotencia y se olvidaban de ellos, Quesada tuvo tacto, les agradecía su trabajo y siempre que fue posible los reubicó en otros proyectos que no fueran los principales de la empresa y así dejarlos desarrollar sus ideas sin la presión de llevar sobre sus hombros el destino de la compañía. La mayoría de quienes trabajaron con Quesada en algún momento hablan bien de su trato, independientemente de si fue exitosa o no su colaboración, yo sólo recuerdo dos autores que han tenido discusiones públicas directamente con él, Steve Englehart y el conocido pleito con JM Strack... stracsi... ése que escribía Amazing Spider-Man... otro día hablamos a detalle de esos casos.
Hubo autores para los que ya no quedó lugar, porque la parte difícil del trabajo de Quesada fue recortar muchas series. Siendo justos, tampoco llegó con tijera en mano y lanzando volados para ver quién se iba; hizo un análisis sobre qué series funcionaban bien así como estaban (los Vengadores de Kurt Buziek, por ejemplo), cuáles eran necesarias pero requerían ajustes urgentes (como los títulos arácnidos) y cuales de plano debían irse o ser cambiadas por otras (la mitad de títulos mutantes). Los cambios de Spider-man y X-Men merecen su propio post por lo serios que fueron, así que esperen pronto más de eso. Una de las reglas instauradas por Quesada fue que todos los eventos importantes ocurridos dentro de un arco llevaran a un fin por sí mismos y no con miras a reproducir sus consecuencias al infinito, es decir, si matabas algún personaje era porque tendría un peso y desarrollo inmediato dentro de la trama, no como acostumbraban los escritores, matar un héroe sólo para sacar una miniserie de 4 ó 5 ejemplares donde resucitarlo. De hecho, instauró una política contra las resurrecciones, si alguien moría se quedaba así y ponía como ejemplo su propio arco en Daredevil donde mató a Karen Page, diciendo que mientras él estuviera a cargo jamás volvería. Del mismo modo, mantuvo los cómics independientes entre sí, hubo pocos crossover y cuando fueron inevitables por tratarse de series que pertenecieran a una misma familia, debían sentirse hermanadas, compartir estilo y finalidad, no cada una jalando para su lado -algo común al tener tantos editores- e igual mantuvo limitado el número de nuevos proyectos que se podían lanzar, todo esto con fin de no asustar a los nuevos lectores que al ver un mercado tan saturado preferían otras aficiones.
Muchos me dirán que Quesada terminó rompiendo todas sus propias reglas y es verdad, pero en ese preciso momento se aferró a ellas, las hizo respetar y saben qué: funcionó. Recortar series fue un acierto porque los lectores no estaban dispersos en un montón de series de 50,000 ejemplares, sino juntos en una serie de 500,000; limitar los nuevos proyectos los volvía especiales y atraía los reflectores sobre ellos, lo que se traducía en ventas y segundas ediciones; el mercado de recopilados siguió perteneciendo a DC, pero Marvel ya tenía presencia; y las reglas contra crossovers, muertes y eventos innecesarios trajeron de vuelta a ese público que sentía que Marvel había traicionado su realismo tradicional y era cada vez más fantasiosa. La mejora fue lenta pero notoria y para 2003 Marvel había salido de la bancarrota y recuperado su primer puesto en la industria y entonces sí, se pudieron dar el lujo de imprimir de nuevo muchos cómics, portadas variantes y megaeventos. Así es como se debe trabajar para reconstruir una empresa, de abajo hacia arriba, reduciendo el producto, controlándolo y luego reiniciar la expansión. Y Quesada lo hizo. A nivel argumental iremos viendo lo bueno y lo malo en otros post, así como las líneas y subsellos creados a partir de las ideas del Quesadillas, pero sí creo que merece su lugar como uno de los mejores editores en la historia del cómic y uno de los más longevos, porque duró más de 10 años al frente de la empresa y fue apenas en 2011 que se hizo a un lado, dejando su lugar a su leal compañero Axel Alonso, pero eso sí, no se fue sino que creó un nuevo cargo llamado Director Creativo, que ahora ocupa y de ese modo aseguró ser la verdadera mano que controla el poder tras quien da la cara públicamente.
Para terminar el post de hoy, me gustaría mencionar una de las decisiones más controversiales del periodo de Quesada, que fue la política de los No Fumadores, según la cual ningún héroe debía ser fumador, rasgo que se extendió a villanos y personajes secundarios por igual. Muchos criticaron esta decisión porque, pese a ser bien intencionada, quitaba veracidad al universo Marvel y suprimía un rasgo característico de varios personajes. Entre los afectados estuvieron Nick Fury, Gambit, Howard el Pato y la Mole, que no era fumador empedernido pero se le llegó a ver echándose un purito de vez en cuando. Muchos dicen que también Wolverine fue víctima de la nueva ley, pero él había dejado de fumar desde Atracciones Fatales (1994), cuando perdió el adamantium, su factor de curación se vio mermado y todo le hacía daño; un par de veces volvió a aparecer fumando, pero eso era cosa de los dibujantes, ya no era un rasgo distintivo para cuando Quesada se volvió editor en jefe. Esta regla también fue motivo de burla en diversos medios, donde cuestionaron borrar ese detalle y mantener otros males como alcoholismo, sexismo, drogadicción y la propia violencia. Dos casos emblemáticos: un especial de X-Force, donde Wolverine masacra un ejército completo pero al final resiste la tentación de fumar, dando a entender indirectamente que sólo su vicio por el asesinato lo aleja del vicio del tabaco (como si fuera más sano); y más recientemente en los Ultimate Avengers de Mark Millar, donde el editor de la serie ordenó borrar un cigarro que el dibujante Carlos Pacheco le había puesto a Red Skull, pero no tuvo empacho en aceptar que en esa misma escena el villano arrojara a un bebé por la ventana. Creo que tenían más valor arcos argumentales como aquel en Amazing Spider-Man donde Mary Jane se volvió fumadora y mostraron los males y consecuencias que eso trae, en lugar de fingir que el problema no existe.
En fin, eso es todo por hoy, el post de la próxima semana caerá el último martes previo al Día de Muertos, así que es buen momentos para hablar de Robert Kirkman y sus obras, incluyendo la mentada Walking Dead. Este viernes Nalgas Frías vs Huevonazos. Adiós.
9 comentarios:
Para bien o para mal, Quesada ha sido de los grandes protagonistas en el mundillo actual que es Marvel Comics. La verdad cuando muchos criticaron sus acciones, que por cierto en cuanto a números siempre fue de primer nivel, a mí sí me gustaba... pero creo que eso no es novedad.
Me gustó mucho el post de este día abuelito, pues a veces es agradable saber también sobre las personas que están detrás del cómic y de sus acciones que afectan a este universo.
pobre abuelito se le acabo la tinta hay que hacer una coperacha para que no nos deje sin post
Ventas bajas, le hubieras puesto unos insultos al ano para que suba el rating
Llamaré a Quesada para que edite el post y traiga nuevas ideas... a ver su no me toca el recorte de autores
duró más de 10 años al frente de la empresa y fue apenas en 2011 que se hizo a un lado, dejando su lugar a su leal compañero Axel Alonso, pero eso sí, no se fue sino que creó un nuevo cargo llamado Director Creativo, que ahora ocupa y de ese modo aseguró ser la verdadera mano que controla el poder tras quien da la cara públicamente.
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Igualito que el Gio y a quien carajos dejó a cargo de Marvel México
jojojo, sí el Gio le copió el sistema. No tengo ni puta idea de cómo se llama el suplente, por eso le sigo diciendo Marvel Gio
El Gio es más cabrón que Joe... ¡EL SOLO MANEJA MARVEL Y DC MÉXICO! Aburrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
una cosa muy chingona es que lea los comics marvel de ahora y cuando los comparo con los de los mutantes principalmente en los 90 como que ahora como tu dices si tienen sus arcos y sus propias conclusiones, o sea te deja satisfecho sin dejar de contarte que quedan cabos sueltos para el proximo arco pero lo chido es que te deja decidir si dejas el titulo ahi o lo sigues comprando.
Antes recuerdo que SIEMPREE era continuara,continuara o sea que dejaban la historia a media o terminaban un dizque arco a mitad del comic pero la otra mitad ya iba entrando el otro.
Y lo peor es que no funcionaba, porque si al menos Marvel hubiera seguido en la abundancia tendrían excusa, pero les iba mal
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