Otra vez a escribir un post completo y por el mismo sueldo

ULTIMATE

Saludos, gente. A finales del año 2000 el presidente editorial de Marvel Comics, Bill Jemas, le sugirió a Joe Quesada una revisión de los orígenes de sus héroes principales con el fin de atraer una nueva generación de lectores que sólo estaban interesados en los superhéroes por los productos relacionados con ellos (entíendase películas y videojuegos). Aunque renuente, Quesada aceptó y dio origen al proyecto Ground Zero, más tarde rebautizado como Ultimate Marvel y para irle midiendo el agua a los camotes constaría sólo de dos series, X-Men y Spider-Man, que además de ser las franquicias más populares de la compañía, la primera ya tenía una cinta en acción real y la otra una en proceso. Aunque el objetivo central eran los nuevos lectores, los editores sabían que quienes sostendrían las series serían los seguidores de viejo cuño, así que se apresuraron a recalcar que eran versiones paralelas y no tomarían el lugar de las otras en la continuidad. Para asegurar historietas frescas y al mismo tiempo familiares al lector, se optó por una fórmula: guionista sin relación con los personajes y dibujante reconocible. El elegido para las labores literarias fue el entonces novato Brian Michael Bendis, que se convirtió en uno de los consentido de Quesada desde que escribió un arco para Daredevil en Marvel Knights, y estaría acompañado por el trazador Mark Bagley en Spider-Man y el sensacional Adam Kubert en X-Men; aunque tan sólo unos días después, Bendis anunció que no escribiría X-Men por no sentirse a gusto con los personajes, entrando en su lugar la otra joven promesa Mark Millar -aunque irónicamente Bendis sí pasaría a ser el guionista de la serie un par de años después-, mientras que Adam Kubert (que ya era bastante bolsón por esos días) pidió que su hermano Andy le echara la mano con los lápices. Pese a este indeciso comienzo, Ultimate Spider-Man vio la luz en octubre de ese año y el resultado no fue lo que todos esperaban... ¡Fue mucho mejor! Marvel logró lo que no había podido desde que comenzó su crisis financiera: que se agotara la primera edición de un cómic e, incluso, tan sólo una semana después de su salida, ya se cotizaba en 20 dólares, lo que obligó a una segunda tirada y una tercera y más. Dato curioso: yo llegué a ver un ejemplar que ya sólo decía Edición “N”.

Para esta nueva versión, Bendis tenía un problema que supo convertir en ventaja: todos, incluso quienes no leen cómics, conocen el origen de Spiderman y a sus personajes secundarios, así que en lugar de destruir lo ya hecho y salir con algo nunca antes visto, prefirió usar la misma base pero con un desarrollo más largo. Así, seguíamos teniendo al huérfano nerd que obtiene poderes por un accidente -que ya no es radioactivo sino alteración genética-, que se vuelve egoísta, busca fama y dinero y al final recibe una lección de vida cuando su irresponsabilidad causa indirectamente la muerte de su tío; sí, todo igual, pero en lugar de un número fue narrado en 7, donde los personajes fueron bien desarrollados y analizados, con particular énfasis en la relación de Peter Parker y su tío Ben, que hasta entonces era una especie de figura mítica legendaria, al que considerábamos bueno sólo porque no se cansaban de repetirlo sus familiares, pero realmente nadie lo conocía y ahora podíamos entender su verdadero papel como padre sustituto, cabeza de familia y hombre íntegro. El estilo de escritura de Bendis, aunque eternamente lento, era creíble y sensible, es de notar, particularmente, que sabía cuando quedarse callado y dejar que el dibujante fuera la estrella del cómic y es justo, porque el trabajo de Bagley en esa serie es quizá el mejor de toda su carrera. Dato curioso: según el propio dibujante, aunque era una reinvención y no un cómic 100% original, él si sintió este proyecto como algo suyo, a diferencia de otros de sus trabajos previos. El número 1 de Ultimate Spider-Man no sólo se vendió bien sino que fue aplaudido por el grueso de los críticos, estatus que no perdió pues llegó a ser el título más redituable de toda la industria en sus primeros años. Hay que destacar que fue el parteaguas que Bendis estaba esperando para afianzarse en Marvel, que hasta entonces sólo le ofrecía proyectos pequeños y ahora, como ya sabemos, es el guionista consentido de la empresa. Dato curioso: se dice que el cómic Powers, que publicaba en Image, también pasó a ser el más vendido de su editorial cuando se supo que era el mismo guionista de Ultimate Spider-Man.

Debo decir que yo fui de los escépticos con este proyecto y, sin embargo, me bastó con leer el primer número para darme cuenta de que estaba ante una obra maestra y desde entonces me volví fanático, aunque no significa que apoye todo lo ocurrido ahí, hay cosas que no me gustaron como ver que Mary Jane se convirtió en Luisa Lane -primer y único amor del héroe-, a diferencia del otro universo, donde llegar a esa cercanía tomó más tiempo y desarrollo; en el apartado gráfico, al principio me impactó demasiado ver que los Osborn ahora tenía cabello lacio, jojojojojo. También con este cómic, Bendis y Bagley establecieron un récord del equipo creativo que más tiempo ha trabajado junto en un mismo cómic, con 110 ejemplares, cuando Bagley dejó la serie, aunque todavía hizo a mitades el número siguiente con el nuevo titular, Stuart Immonen. En cuanto a Ultimate X-Men, por los problemas antes mencionados tuvo que esperar a febrero del año 2001 para llegar a los puestos con buenas ventas impulsadas por el prestigio que ganó Spider-Man en sus primeros meses, pero al leerlo los fanáticos descubrieron que era muy diferente. En contraste con Bendis, Mark Millar desarrolló una historia rápida y de mucho impacto, donde la formación del grupo toma sólo unas páginas y sigue más o menos la esencia que ya les conocíamos, con Charles Xavier reuniendo un grupo de mutantes que ayuden a combatir las amenazas contra su raza, representadas en ese primer arco por los robots caza-mutis llamados Centinelas, y en oposición al otro líder mutante Magneto, que cree que deben defenderse con la misma violencia con que son atacados. Es de notar que esta versión es más extrema que los Hombres X que conocíamos, que son entrenados con disciplina militar, Wolverine es un asesino a sueldo, Magneto es considerado tal cual como terrorista y la política antimutante del gobierno no implica sólo captura sino exterminio en el mismo sitio. Pese a su postura radical, el cómic se vendió bien, quizá más por los clásicos fanáticos mutantes que por los nuevos lectores, pero igual funcionó. El gran problema para esta serie fue precisamente que no tuvo un solo escritor como Spiderman, sino varios que lo tomaron cada uno por una ruta diferente, así cuando Bendis fue el titular se enfocó (como acostumbra) en las relaciones interpersonales de los héroes, Brian Vaughan se ocupó de introducir nuevos mutantes y Robert Kirkman parecía empeñado en que estos Hombres X se parecieran más a los del otro universo e hizo su propia versión de la Saga de Fénix.

Mientras esto pasaba, Bendis recibió un nuevo encargo, una nueva versión del cómic clásico Marvel Team-Up, con el Ultimate Spider-Man como protagonista pero acompañado por las nuevas versiones de ese universo de Punisher, Daredevil, Man-Thing, Shang-Chi y otros, al tiempo que aprovecharon para traer a la empresa dibujantes que nunca habían trabajado para ellos, como Mike Allred. Esta serie sólo duró un año, pues tuvo un pequeño problema: muchos pensaron que no entraban en continuidad sino que eran puro relajo, debido a que ahí salieron los 4 Fantásticos, Doctor Doom y la Viuda Negra, los cuales después aparecerían en otros cómics contradiciendo lo que ahí veíamos. Dato curioso: Bendis aun sigue diciendo que el 90% de lo que apareció en ese cómic entraba en la continuidad, jojojojo... aunque es verdad, porque el encuentro de Hulk y Spiderman es recordado posteriormente en otras series. Hubo también un Ultimate Adventures y una revista que reeditaba los primeros números de Spider-Man y X-Men (más secciones de actividades y entrevistas) que no duraron mucho. Al mismo tiempo, el dibujante Bryan Hitch dejaba JLA de DC Comics y corría el rumor de que comenzaría un nuevo proyecto en Marvel junto al escritor Mark Millar; el rumor resultó real y el proyecto en cuestión se llamó The Ultimates, la nueva versión de los Vengadores en una maxiserie de 13 episodios, que vería su primer ejemplar en las tiendas en marzo de 2002. La historia comenzaba con una revisión de la desaparición del Capitán América durante la segunda Guerra Mundial, que también era fiel al concepto original pero con radicales y violentas diferencias, mientras que para el segundo número llegábamos al presente y el descubrimiento de que el Capi no estaba muerto ni de parranda sino congelado; ahí inicia el reclutamiento de Nick Fury, a quien ya habíamos visto en Ultimate Spider-Man, que consigue que otros héroes se unan a su nuevo equipo de superhumanos bajo la jurisdicción de la agencia de inteligencia conocida como SHIELD. Los cambios y manejos de Millar son asombrosos, desde un Thor irreverente hasta un Hulk sádico y pervertido, pasando por un Bruce Banner patético, un Hank Pym desequilibrado y una Avispa codependiente; todo acompañado de los excelentes diseños de Hitch, que se alejó de los trajes coloridos y nos regaló uniformes prácticos y elegantes, además de un estilo de diagramación de páginas que fue denominado como cinemático por su parecido con los encuadres, planos y hasta formatos de cine.

De nuevo, la serie estuvo acompañado de grandes ventas y crítica atónita ante el nivel de perfección alcanzado por este cómic, que, desde luego tendría una continuación de otros 13 capítulos, conocida simplemente como Ultimates 2 y no exagero cuando digo que es uno de los mejores cómics de toda la década pasada, siendo el último número, para mi gusto y del de muchos más, el mejor trabajo de Hitch. El primer volumen tuvo una versión animada llamada Ultimate Avengers, la cual a su vez tuvo una secuela, que ya no se basa en los cómics; también es la inspiración para la versión en acción real que vimos apenas el año pasado. Por último, en 2004 apareció Ultimate Fantastic Four, con dibujos de Adam Kubert y un guion conjunto de Brian Bendis y Mark Millar, lo que resultó curioso, pero también efectivo, pues uno puso los sentimientos y el otro la acción. Dos datos curiosos: originalmente la serie estaba planeada para Grant Morrison y se cree que los conceptos más raros de ciencia que aparecen fueron idea suya; por otro lado Bendis y Millar se tiene amor apache y les gusta chingarse uno a otro, lo que ha hecho que muchos tomen en serio sus declaraciones y no falta el blog que hasta dice que se odian, pero no es verdad o al menos nunca han dicho algo que de verdad lo haga parecer real. Aquí los protagonistas son adolescentes y el accidente que los dota de poderes es por un viaje dimensional, dicho sea de paso, esas habilidades se relacionan con los elementos básicos, es decir, Reed es elástico por el agua, Sue es invisible por el aire... la Mole y la Antorcha son obvios y, posteriormente, descubriríamos que también Victor Van Damme (no Doom) obtuvo poderes relacionados con el metal. Hay que mencionar que esta serie tuvo el problema de continuidad más serio, pues aunque su aparición en Marvel Team-Up ya se había establecido como fuera de canon, en los Ultimates también se había mencionado que las invasiones extraterrestres eran asunto de los 4 Fantásticos y ahora descubríamos que eran sólo unos niños, ni siquiera usaban ese nombre y eran desconocidos para la mayoría del mundo. La serie no fue tan popular como los otros productos de esa línea y también pasó por varios escritores, destacando el irreverente Warren Ellis.

También hay que mencionar otras publicaciones relacionadas como Ultimate War, el primer encuentro entre Hombres X y Ultimates, aunque también revelaron que el Capi y Wolverine ya se conocían; Ultimate Nightmare, Ultimate Secret y Ultimate Extinction, conocidas entre los fanáticos como la trilogía Ultimate Galactus, por ser precisamente su versión de ese personaje, también tuvo una especie de tie-in llamado Ultimate Vision que se publico en capítulos de unas páginas dentro de los otros cómics de la línea y luego como recopilado; Ultimate Six, su propia versión de los Seis Siniestros, aunque con tintes de dominación global y que fue oficialmente el primer team-up de Spiderman con los Ultimates, aunque ya se habían visto en la serie regular del arácnido; Ultimate Power, en donde los Ultimates enfrentaron al Escuadrón Superior y Nick Fury se mudó por un tiempo a ese universo; Ultimate Wolverine vs Hulk, que era... pues eso y tardó como 4 años en terminar de publicarse; Ultimate IronMan y Ultimate Armor Wars; Ultimate Elektra, que me pareció terrible; y Ultimate Origins, que plantea una idea que Bendis y Millar habían estado usando en sus guiones, diciendo que todos los héroes de ese universo estaban unidos de algún modo entre científico y místico. Para finales de la década, la línea Ultimate había pasado su mejor momento, aunque se vendía bien ya no era el foco de atención de todos los lectores, particularmente porque el universo regular ya estaba en un buen momento argumental y económico; basados en el éxito que significó Civil War, los editores pensaron que era momento de cimbrar el universo Ultimate y darle una nueva motivación, para lo que eligieron al guionista Jeph Loeb... y todo se fue al caño. Pero de eso y más hablaremos la próxima semana. Hasta entonces.