IRON MENSO.
Bienvenidos a la Semana de Iron Man, donde nos unimos
a la celebración por los 50 años de existencia del caralata cuya primerísima
aparición se dio en el número 39 de Tales of Suspense en marzo de 1963, donde
descubrimos que oculto bajo la armadura del Hombre de Hierro se encontraba el
industrial Tony Stark y tiene varios padres, pues Stan Lee hizo el guion
original, pero fue terminado por su hermano Larry Lieber, el diseño corrió a
cargo del rey Jack Kirby, pero fue Don Heck quien acabó trazando el cómic .. en
fin, que sólo falta que el de intendencia haya sugerido que Stark usara
mostacho. Como haya sido, en esta primera historia conocimos al brillante Tony
Stark, que ya tenía algunos toques del playboy que conocemos en la actualidad,
pero por las características de la época era mucho más recatado; por dedicarse
a la industria bélica terminó prisionero de los enemigos durante la guerra de
Vietnam, aunque como ocurrió con muchos otros personajes, esto ha sido revisado
varias veces para actualizarlo y la política actual de Marvel Comics es no
entrar en detalles. Stark casi murió a causa de una mina y había restos de ella
alojados en su cuerpo que amenazaban con terminar el trabajo, para su suerte no
era el único rehén, también estaba el científico Ho Yinsen que creó e instaló un magneto
miniatura cerca de su corazón y así evitaba que las esquirlas lo
mataran. Juntos desarrollaron una armadura que les permitió combatir a sus
captores y escapar, pero el pobre Yinsen no lo logró y sólo Tony regresó a
su país, jurando hacer justicia y unido permanentemente a su tecnología,
naciendo el superhéroe Iron Man... aquí es cuando todos ovacionan. Dato
curioso: dentro de la continuidad Jimmy Rhodes fue quien encontró a Tony Stark
tras haber escapado de sus captores, pero eso fue una actualización hecha
muchos años después.
Iron Man fue un héroe popular desde el principio, no sólo
por ser un tipo ordinario bajo la armadura -digo, tan ordinario como puede ser
un supermillonario, galán y mujeriego-, también porque se volvió símbolo del
imperialismo norteamericano, pues todos sus primeros enemigos eran comunistas y
él siempre actualizaba su armadura y armamento para combartirlos y superarlos.
Sin embargo, aunque su popularidad era estable dentro de los fanáticos al
medio, nunca fue un héroe particularmente reconocible entre los ajenos a los
cómics; unos pocos lo recordaban por la vieja caricatura de los Héroes Marvel
en los setenta, pero hasta ahí. Es por eso que ahora el caralata vive su mayor
momento de esplendor comercial, pues tras el estreno de la primer película de
Iron Man se convirtió en la figura central de la nueva hornada de cintas de la
empresa y uno de los héroes más reconocibles por el grueso de la gente. Dentro
de los cómics, Iron Man ha participado y tenido relevancia en los múltiples
eventos de la empresa, destacando Civil War donde fue uno de los dos
protagonistas centrales, pero dentro de su cómic propio, hay tres grandes sagas
que ya están inscritas en la historia del cómic y es justo de eso de lo que
hablaremos en este post. Comencemos por la ya clásica Demon in a Bottle de
1980, escrita por otros clásicos, David Michelinie y Bob Layton, siendo este
último también co-trazador y entintador junto a John Romita Jr. Siendo
específicos, Demon in a Bottle es un sólo número, el 128 de Invincible Iron
Man, pero venía arrastrando líneas argumentales desde 7 ejemplares atrás.
Trata
sobre dos eventos centrales, primero un conflicto entre el caralata y la
corporación Roxxon en una isla, con Namor como invitado (y antagonista)
especial, tras lo cual regresamos al continente donde la armadura de Ironman comienza
a fallar, terminando con el héroe asesinando a un embajador que, para rematar,
era su fanático. Evidentemente, el caralata no es un asesino, así que el resto
de la historia es sobre Tony tratando de probar su inocencia y de una vez les
puedo decir que Justin Hammer es el responsable, porque eso se descubre muy
pronto en la historia, lo interesante es la batalla final que involucra a una
horda de supervillanos. La saga, aunque interesante, quizá no habría pasado de
un arco común de no ser porque durante todo el transcurso de la misma, Tony
empina el codo de lo más feliz, lo que lo llevaría, en el capítulo final, a
aceptar que tiene un problema de alcoholismo y comenzar su camino de salida del
mal del chupe. Hay que decir las cosas como son: Demon in a Bottle no es una
historia particularmente introspectiva o inspiradora y es ése quizá su mayor
acierto, al no pretender ser aleccionadora o un punto de arranque para
el personaje terminó siéndolo. Fue la primera vez que un escritor se
atrevió a explorar la adicción con el protagonista y no con un familiar,
sidekick, novia o cualquier otro secundario, y es eso lo que le da un gran
valor, además de agregar un elemento distintivo al personaje que a la fecha a
sido revisado varias veces (quizá demasidas). Esta historia le mereció a Marvel
y el equipo creativo un premio Eagle.
Vamos con la segunda gran saga de Iron
Man, la reconocida Armor Wars de 1987, que de nuevo contó con Michelinie y
Layton, y tuvo dos dibujantes, Mark Bright y el siempre interesante Barry
Windsor-Smith. Al igual que Demon in a Bottle, la saga viene arrastrando
elementos de arcos anteriores, pero como tal compone de 7 números, que son los
que vienen en la mayoría de los recopilados y son de Ironman 225 al 231, aunque
algunos también incluyen los números previos y un epílogo (el número 232). Dato
curioso: en interiores nunca usan el nombre Armor Wars, cada capítulo tiene su nombre y sólo el primer ejemplar usa un juego de palabras titulado Stark Wars, fue hasta los primeros recopilados que emplearon el nombre que ahora usamos. Trata sobre Tony descubriendo que hay muchos villanos que
parecen haber basado sus propias armaduras en tecnología Stark, lo que le hace
preguntarse donde estuvo la fuga de información; las pistas los llevan a
Spymaster, que a su vez trabajó para Justin Hammer (tenía que ser, tenía que
ser), así que decide declarar la guerra contra él y todos aquellos que se estén
aprovechando de sus avances. La historia es tan extrema como su título sugiere,
aunque sí tiene sus momentos relajados en los primeros números, conforme avanza
se pone ruda, hay batallas del caralata contra Bettle, Stingray, Titanium Man y
el Dínamo Carmesí, pero también con el ejército, Nick Fury, Steve Rogers y los
propios Vengadores por llevar su lucha a senderos peligrosos. Armor Wars fue
bien recibida por los fanáticos y muchos la consideran una piedra angular del
personaje, ahí Ironman alcanza su punto más alto como prototipo bélico aunque,
irónicamente también significó su rompimiento con la milicia. La saga tuvo una
segunda parte en los noventa, que no merece mayor análisis y su versión
Ultimate de la mano del desbocado escritor Warren Ellis.
Y ya que mencioné a
Ellis, es el autor de la tercera saga caralatosa del día, la multiaclamada
Extremis, junto al dibujante Adi Granov. No les quieron hablar demasiado de
ella porque está a punto de ser publicada en México, pero sí es importante
mencionar algunos detalles, pues esta historia es considerada uno de los puntos
más altos de toda la vida de Iron Man; hay quienes van más allá y la señalan
como el mejor arco del caralata en toda su existencia. Era tal cual un nuevo
punto de partida para Tony Stark y por tanto también se reinició la numeración
del cómic, por lo que el arco se compone del número 1 al 6 de la serie de 2006.
Ellis comienza por hacer una revisión del origen del héroe -por cierto, dice
que ocurrió durante la Guerra del Golfo y no Vietnam- para luego llevarnos al
presente y a la relación actual de Tony con su entorno; pero va más allá,
planteándonos a un Tony más cerebral y menos técnico, dándole esa imagen que
ahora relacionamos con él: un futurista. Lo más importante es la revelación del
suero nanotecnológico que da nombre a la saga, el Extremis, que funciona a un
nivel corporal pero también cerebral, creando una especie de supersoldado
cibernético, el cual como podrán imaginar, terminará en la sangre de Tony
Stark. No les cuento más, pero espero que baste para que le den una oportunidad
a la saga en cuanto la tengan disponible, además hay que señalar que el diseño
de la armadura hecho por Granov es el muy revolucionario y el más aplaudidos
por los que saben de elementos técnicos, lo que hizo que traspasara facilmente
del papel a la pantalla durante la película de Iron Man, donde el propio Granov
fungió como consultor y productor. Esa armadura fue usada hasta los eventos de
Secret Invasion, tras los cuales el caralata volvió a sus viejas creaciones y
se purgó del Extremis -aunque no del todo-, aunque sigue siendo usada en la
versión Ultimate. Brian Michael Bendis, declarado fanático de Warren Ellis, fue
el único otro escritor que usó el concepto del Extremis en sus historias, al
parecer para la mayoría de guionistas era difícil de asimilar. Bueno, gente,
eso es todo por ahora, el próximo martes regresaremos a la programación
habitual en esta sección, pero la Semana de Iron Man continuará mañana...
espero. Adiós.
8 comentarios:
cuando sale el omnibus de x-force?
Voy a amar esta semana demasiado.
Creo que voy a odiar esta semana
¡Pónganse de acuerdo!
Cómo que nada más tres series?
No mames, hay muchas mas como...eh...este...Muerte en la familia?
Pero ya en serio, yo diría que también la época actual de Fraction debería ser recordada entre las clásicas, los arcos de Most Wanted y el de Desunido estuvieron muy chingones.
Y por cierto, no recordaba la época antes de las películas cuando Iron Man no era exactamente muy conocido, pero achi ech, achi ech.
Tienes razón... ¡olvidé Muerte en la Familia!
excelente nota muy informativa , no sabia cosas
un saludote don oscar ¡¡¡
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