GARRITAS.
Saludos, paisanos. Hoy tenemos un festejo rete harto bien importante: es
la quincuagésima ocasión que usamos la etiqueta “Diavolo al borde de un orgasmo
mutante” en este blog y eso se debe celebrar con... ¡un post de Wolverine! Eso
valen para mí los orgamos de Diavolo. Primero veamos la miniserie de tres partes Wolverine and the Black
Cat: Claws, publicada en 2006 en el sello Marvel Knights, con guiones de Jimmy Palmiotti y su compinche habitual, Justin Gray, más dibujos de Joshep Linsner. Aquí los protagonistas (no creo necesario decirles quiénes son) fueron secuestrados por Kraven y llevados a la Tierra Salvaje para convertirlos en presas de un grupo de millonarios (aún más ricos que Diego) adictos a la cacería ilegal. Pese a ser casi desconocidos, la gata y el garritas deberán compaginarse rápido si es que quieren sobrevivir y aún están por descubrir quien es la verdadera mente maestra tras su captura. En lo personal, nunca he disfrutado la mancuerna de Palmiotti y Gray, pero es obvio que soy una excepción. por algo siguieron trabajando juntos. Este cómic recibió buenas críticas en su mayoría, con sólo unos pocos apuntando huecos argumentales, aunque la historia no es seria sino disparatada, así que tampoco debería incomodar a quienes buscan pasar un buen rato. Donde hubo aprobación unánime es en el arte de Linsner, así que no puede ser del todo un desperdicio y la prueba está en que hubo una secuela en 2011, con el mismo equipo creativo y otros tres capítulos justo en el punto donde terminaron los primeros. Quizá el problema para algunos potenciales lectores es que los recopilados salieron en pastas duras, así que es producto de coleccionista. ustedes decidan.
También en 2006, Marvel lanzó otra serie regular del
garritas, Wolverine Origins, con guiones de Daniel Way y, al principio, el
dibujante Steve Dillon, equipo de triste memoria hoy en día tras su paso por
Thunderbolts. Narraba distintos momentos en la vida de Logan, redescubiertos
tras los eventos de House of M porque, si recuerdan, en esa saga el garritas
recuperó su memoria. También se suponía que servía para cerrar varias
subtramas que llevaban años girando alrededor del personaje, la mayoría culpa
de la larga y enredosa etapa de Claremont en Uncanny X-Men; pero de eso hubo
poco, en realidad el título es más recordado por haber presentado, en su ejemplar 10, al hijo de
Wolverine, Daken. Este mutante, con habilidades similares a su padre, aunque
con una formación distintiva en sus garras y cuya existencia era desconocida
para la mayoría, incluyendo a Logan, era una versión potenciada del Wolverine
de los primeros años, pues estaba más furioso con la vida que él y tenía más
capacidad para la violencia, más un historial propio como agente del gobierno.
También supimos cómo se relacionaba el pasado de ambos con Winter Soldier. Pese
a que Daken odiaba a su padre y su papel fue de villano, se ganó su
propia fanaticada y no sorprendió a nadie que eventualmente tomara el lugar de
su padre e incluso le arrebató su cómic un tiempo. Quizá su mayor problema fue
que al mismo tiempo que se desarrollaba Origins, Jeph Loeb hizo
sus desastrosos cambios en la serie regular de Wolverine y el escritor tuvo que
relacionarlo con el nuevo villano central, Romulus. En fin, Origins duró 50
ejemplares, coincidiendo el final con el mencionado ascenso de Daken a
Wolverine titular. En México, creo que sólo se publicaron los números de
crossover con la saga Original Sin, pero hay recopilados gabachos. Eso es todo
por hoy, la próxima semana volverán los Rapidines y este miércoles, los 10 más
Chipocludos.
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