Un saludo a la gente bonita que visita este blog... y
también a la gente fea. Este mes se cumplen 30 años de la publicación de
Man of
Steel, la miniserie escrita y dibujada por John Byrne que actualizó el mito de
Superman tras los eventos de
Crisis en las Tierras Infinitas y, para mí, la
mejor versión que han hecho del personaje. Quizá el mayor aporte de esta saga
fue la
creación de Clark Kent... bien, déjenme explicar eso. Antes, Superman era la verdadera identidad de Clark, la personalidad de este
último era una
fachada, una máscara que le permitía llevar una vida lejos de
los reflectores y de ahí la imagen de idiota que hasta entonces relacionaban
con el tipo de los lentes. En MoS, Byrne introdujo un elemento esencial: que el
niño Kal-El no desarrollaría sus poderes completamente hasta la
juventud.
Conforme creció era ligeramente más veloz y fuerte que el promedio, incluso su
resistencia se puso a prueba un par de veces, sobreviviendo a cosas que podrían
haberlo matado, pero fue hasta su último año de preparatoria que su carga solar
le permitió proesas como volar.
Esto en
contraposición a las versiones previas, donde fue consciente de sus diferencias
toda su vida, e incluso tuvimos al Superbebé cuya explicación tan
rara fue que, desde su nacimiento, era más inteligente que todos los humanos y
sabía que debía protegernos y mantenerse oculto. A nivel argumental, este
cambio significó que antes que ser Superman fue Clark, esa es su personalidad
real, saberse diferente requirió un periodo de aceptación (hasta pasó una
temporada recorriendo el mundo solo, para definir su camino) y proteger a la
gente fue una decisión producto de su crianza y experiencias.
Y Clark era un
reportero solvente, no
fingía ser
idiota. También tuvo una disminución drástica de poderes y aunque seguía siendo
el hombre más fuerte del planeta, ya no era el tipo que movía montañas con un
soplido y adquiría habilidades nuevas conforme las necesitaba; eso permitió que
por fin enfrentara villanos de igual a igual, abriendo una nueva gama de
desafíos para el héroe. Y hablo sólo del protagonista, los cambios a
Lex Luthor
o Lois Lane fueron asombrosos. Podría seguir alabando ese cómic como muchos
otros críticos han hecho desde los ochenta, pero el motivo de esta sección es
que, en su momento, generó mucha
polémica y, cuenta la leyenda, las oficinas de
DC Comics se llenaron con cartas de protesta, asegurando que ese
no era
Superman y exigiendo el regreso del héroe que amaban. Con todo y la aceptación
masiva que vino con los años, hoy en día hay lectores y escritores que añoran
las
épocas de oro y plata, aseguran que Superman debe ser una entidad todopoderosa,
pues su virtud es ser la esperanza infinita, la tranquilidad hasta en los peores
momentos. Hablando con justicia, hay que decir que esta visión tan anacrónica
es válida y obras como
All-Star Superman prueban que sigue siendo redituable.
Yo prefiero al Superman aterrizado, pero entiendo la postura opuesta y los
sucesos actuales en DC Comics prueban que no es un debate sencillo. Veamos cómo se perfila la opinión de los visitantes de este blog, basada en los resultados de la encuesta que tuvimos. La pregunta fue
¿Cuál es tu Superman favorito? Y los resultados:
Época de oro/plata
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Moderno (Man of Steel)
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New 52
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Capitán Marvel
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Cómo la ven.
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